viernes, 23 de junio de 2017

Identificadas las bases cerebrales de las emociones


El cerebro activa diferentes regiones dependiendo de la intensidad de cada emoción

Un equipo europeo de científicos ha descubierto que el cerebro activa diferentes regiones para la gestión de las emociones, usando el córtex prefrontal medio para los momentos iniciales y la ínsula para los mecanismos de compensación. El descubrimiento abre nuevos caminos al tratamiento de enfermedades como la depresión, el estrés post-traumático o los trastornos de personalidad.

Un equipo internacional de científicos ha identificado las regiones cerebrales implicadas en las diferentes fases de los procesos emocionales y constatado que las bases neuronales de las emociones varían en función del tiempo en el que se desarrolla la emoción.

Aunque ya se sabía que las emociones varían a lo largo del tiempo, comprender sus variaciones, su dinámica y las regiones cerebrales implicadas en estos procesos necesita nuevos desarrollos desde un punto de vista terapéutico.

Hay que tener en cuenta que las variaciones emocionales son un factor determinante en la aparición de enfermedades mentales como la depresión, el estrés post-traumático e incluso los trastornos de personalidad graves.

Conocer lo que pasa dentro de nosotros cuando sentimos una emoción y cómo esta emoción evoluciona a lo largo del tiempo, ha sido el campo de investigación de una disciplina conocida como dinámica de las emociones.

Las emociones siguen una serie de patrones bien conocidos. Una emoción puede surgir de pronto o progresivamente,  por lo que se habla del grado de explosividad de una emoción. Una vez planteada, surge la fase de compensación de la emoción, es decir, su intensificación o atenuación a lo largo del tiempo, evaluada por su grado de acumulación.

Las bases cerebrales de estas dos fases y sus eventuales variaciones a lo largo del tiempo no son conocidas, aunque recientes investigaciones han identificado a algunas regiones cerebrales implicadas en el surgimiento de las emociones, como el córtex prefrontal medio, la amígdala o la ínsula.

Lo que ha pretendido esta investigación es avanzar en este campo y determinar cómo varía la actividad de las diferentes regiones cerebrales a lo largo de las diferentes fases de una experiencia emocional.

31 voluntarios

Para conseguirlo, los investigadores,  del Instituto del Cerebro y de la Médula Espinal (Francia), de la Universidad Ku Leuven (Bélgica) y de la Universidad de Maastricht (Países Bajos), realizaron un experimento en el que participaron 31 voluntarios. Los resultados se publican en la revista Social Cognitive and Affective Neuroscience (SCAN).

Los investigadores pidieron a los participantes redactar algunos textos cortos sobre temas personales, como sus sueños o aspiraciones. Estos textos fueron analizados por expertos para deducir la personalidad de cada uno de ellos.

Lo importante del experimento es que todos los voluntarios recibieron los mismos comentarios negativos o neutros sobre su personalidad, independientemente de lo que habían escrito, con la finalidad de provocar una reacción emocional que pudiera ser analizada.

En la siguiente fase del experimento,  se pidió a los participantes leer y reflexionar sobre los comentarios de los expertos relativos a su personalidad durante 90 segundos, y  señalar los cambios emocionales que habían notado en ese tiempo.
Mientras pasaba todo esto, la actividad cerebral de los participantes era observada mediante imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf), que permite registrar en tiempo real la activación de las diferentes regiones cerebrales.

De esta forma, los investigadores pudieron estudiar las regiones del cerebro implicadas en la explosividad y la acumulación de respuestas emocionales como consecuencia de una experiencia social negativa (los comentarios sobre su personalidad). Este tipo de experiencias es conocida por generar respuestas emocionales que duran un tiempo y que permiten por ello diferenciar sus dos fases.

Reacción cerebral dinámica

Los resultados del experimento ponen de manifiesto que las fases de inicio y de compensación de las emociones son los dos factores más importantes en los cambios emocionales que ocurren a lo largo del tiempo, y que están asociados a diferentes regiones del cerebro.

El nivel de la explosividad y surgimiento de la emoción está relacionado con la actividad en el córtex prefrontal medio. Esta región se cree que está implicada en la percepción que uno tiene de sí mismo. Su activación podría reflejar la diferencia entre la evaluación de la personalidad realizada por los expertos y la idea de sí mismo que tiene cada uno de los participantes.

El nivel de compensación de la emoción, que mide su intensificación o atenuación a lo largo del tiempo, está relacionado, a su vez, con la activación de la parte posterior de la ínsula, una región del cerebro conocida por jugar un papel importante en la integración de las señales emocionales.

Este estudio es el primero que demuestra que la actividad de las regiones cerebrales orquesta la respuesta emocional y su dinámica a lo largo del tiempo. Subraya además la importancia de tener en cuenta esta dimensión temporal para comprender las bases cerebrales de la evolución de las emociones, desde que se inician hasta que se atenúan, como consecuencia de un proceso de exclusión social. Estos resultados pueden ayudar en consecuencia a un mejor tratamiento de los trastornos relacionados con la salud mental, según explican los investigadores en un comunicado.


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