miércoles, 20 de junio de 2018

ESENCIAS FLORALES Y DUELO

Las Esencias Florales son excelentes “amigas” para acompañarnos durante el proceso del duelo.

Este proceso nos hace pasar por varias etapas, crisis y negación, chantaje o “negociación”, depresión y, por fin, la aceptación. Las tres primeras fases son las más cortas, después los periodos son más o menos largos según cada uno. Más allá de los dos años, si el duelo no esta hecho, pasa a ser un estado patológico y será entonces necesario consultar a un médico. Para que los sentimientos y los estados de este momento difícil se armonicen de la mejor manera, las esencias florales son excelentes en primera intención.

La Crisis, el shock

Star of bethlehem, de la Familia de las Liliáceas; Bach la llamaba “el Bálsamo del Alma”. Es la flor indicada para todos los shocks, aún los más antiguos. Cuando fallece un ser querido, cuando se atraviesa la ruptura de una relación, con un lugar o un objeto que nos es querido, existe obligatoriamente un shock emocional. Dicha emoción a armonizarse gracias a la esencia floral de Star of Bethlehem, flor muy simbólica, compuesta de 3 pétalos arriba y 3 pétalos por debajo lo que nos da dos triángulos sobrepuestos, que representan un sello de Salomón, sello alquimista por excelencia. Es interesante saber que Star of Bethlehem se agregó al compuesto “Rescue” después de la muerte del Dr Bach, por sus colaboradores y en particular por Nora Weeks.

Esta esencia de Star of Bethlehem esta dentro del Remedio de Rescate Deva (llamado Rescue en los remedios ingleses) pero también en el compuesto Ayuda  N°1 de Deva. En este último compuesto, reencontramos Clematis para guardar el anclaje, Impatiens para la irritación, dos flores del tema del miedo junto con Rock Rose para el pánico que paraliza y Cherry Plum para el miedo a volverse loco. Además de estas 5 flores, tenemos la esencia de Loto la cual permite bajar un poco más la intensidad de la emoción, reforzando al mismo tiempo la acción de las otras flores. Es una mezcla eficaz en los momentos dolorosos.

Esta primera etapa puede estar acompañada de la negación; en este caso la esencia de Agrimony aportará su ayuda para ayudarnos a ver de frente la realidad y aportará apaciguamiento.


El enojo : 

Existe una flor cuya hoja es muy dura, pinchuda. No hay nada mas representativo para la personas hipersensibles en este momento de vulnerabilidad.

La esencia de Holly  se aconseja cuando estamos viviendo o expresando sentimientos contrarios al amor: ira, celos, falsa alegría, … Holly es una esencia floral que nos ayuda a reencontrar la paz así como un sentimiento de amor universal en esta segunda fase que se encuentra en el proceso de duelo. Puede asociarse a la esencia de Walnut,  protector en todos los periodos de cambios. Holly  es también un arbusto que se encuentra en el patio de los grandes y añosos arboles de los cuales decimos que nos protegen.



 La esencia de Espino Blanco va a apaciguar e equilibrar el centro cardiaco “en las personas que acaban de perder un ser querido”  nos dice Philippe Deroide en su libro  Los Elixires Florales Europeos.
Nos va a liberar de nuestra dependencia frente a la persona que se ha ido. Esta esencia conjuntamente con Holly  permitirá preparar suavemente la fase siguiente.




La Negociación, periodo de chantaje

La esencia recomendada en esta nueva fase es la de Chicory para este periodo en el cual se siente también abandonado; en este caso se agrega la esencia de Tilo. Estamos, por obligación, en una pérdida del control sobre la vida de un ser querido, de estas personas a las cuales nos hemos atado emocionalmente; sentimos pena por  las rupturas y en este caso agregaremos entonces la esencia de Corazón de María. La esencia de Chicory  armonizará una emoción, los “sentimientos de amor condicional” para reencontrar el sentimiento de Amor Incondicional.


Depresión, gran tristeza, ….

Existen esencias florales para compañar una grand tristeza… ya que a veces somos inconsolables.


La flor de Borraja (otra estrella!) magnifica, mira pesadamente y con tristeza hacia el suelo… Su esencia va a ayudarnos para reencontrar el consuelo y el coraje. Se puede también agregar el Conpuesto Floral Coraje N° 15 de DEVA.

Una vez que la pena se ha disipado, si hay pérdida de sentido en esta experiencia que se esta viviendo, lo mejor sería agregar al Compuesto Coraje, la esencia floral de Salvia, la cual nos va a permitir tomar distancia, entender mejor el significado de nuestro destino y adquirir más paz interior.



Su nombre en latín Salvia, significa salvar, y su esencia nos permite tomar consciencia de la dimensión espiritual de nuestro ser.

Para “romper las cadenas”, dar vuelta la página, piense también en la esencia de Walnut.

Si este periodo perdura en el tiempo, se aconseja consultar a un médico, ya que si el duelo es un periodo natural que se debe atravesar, que se debe hacer, no es normal que el duelo pase a ser patológico.

Asimilación, Aceptación

Ultima etapa del proceso de duelo, cuando organizamos nuestra vida después de la perdida del ser querido; existe una nueva estructuración,…aceptación,… lo que no significa resignación.

Si fuera el caso, la esencia de Espino Blanco  ayudaría para transformar esta emoción pasiva en una real aceptación. Puede también utilizar la esencia de No-Me-Olvides  la cual nos permite guardar el “contacto” con este ser querido, pero además nos ayuda a aceptar su muerte, sobrepasando el sentimiento de soledad.


 Es deseo que estas cuantas flores, estos “ramos”, puedan aportar el apaciguamiento para continuar el camino de la vida.

viernes, 15 de junio de 2018

Anorexia y bulimia : el precio de la intransigencia emocional

Anorexia y bulimia : el precio de la intransigencia emocional


Los trastornos de la alimentación como la anorexia y la bulimia suponen un reto para nuestra sociedad. Aunque su tasa es mayor en chicas adolescentes, lo cierto es que los chicos no se escapan y las mujeres que han superado la adolescencia tampoco son inmunes a padecerlos.

El término “buena chica” se asocia con hermetismo, pulcritud, calidez, control emocional y un sinfín de exigencias que ponen barrotes al desarrollo espontáneo y natural de cualquier ser humano. El estereotipo, detrás del que se esconden una gran cantidad de demandas, condena precisamente a las mismas adolescentes que le hacen publicidad.

Una forma fácil de controlar su peso, de controlar su cuerpo, de controlar su imagen es mediante los sacrificios alimentarios. Renuncias voluntarias que en la mayor parte de los casos son indocumentadas, mal gestionadas y, por lo tanto, con una alta dosis de frustración.

Esta forma de relacionarse con la comida es, en el fondo, su manera trágica de manejar y derivar su propio sufrimiento. El propio anhelo de ser quienes no son, el desprecio a lo que ven cuando se miran en el espejo.

Anorexia y bulimia
Habitualmente asociamos anorexia con restricción alimentaria y bulimia con purgas, vómitos o conductas compensatorias después de comer. Estos no son patrones tipo y rígidos, sino que pueden variar en función de la persona que sufra el trastorno.

En realidad, existen dos subtipos de anorexia, la restrictiva y la purgativa (purgarse es toda conducta compensatoria para eliminar el alimento ingerido). 

La anorexia de tipo no purgativo se asocia a perfeccionismo, rigidez, hiperresponsabilidad y sentimientos de inferioridad. La de tipo purgativo (además de la total restricción de alimentos llegan a purgarse) se asocia con un historial familiar de obesidad, sobrepeso premórbido, impulsividad, reacciones distímicas, labilidad emocional y conductas adictivas.

En la bulimia nerviosa son habituales las purgas o conductas compensatorias. En esta bulimia nerviosa prototípica, con purgas, existe mayor distorsión de la imagen corporal, más patrones de alimentación anormales y más problemas psicológicos asociados.
            







El no purgativo (existe atracón pero no conductas compensatorias) podría parecerse a un trastorno por atracón, pero no lo es porque existe la idea sobrevalorada de peso y figura. Este subtipo se asocia con otros problemas como la ideación suicida, las conductas adictivas y los trastornos de control de impulsos.

¿Qué tienen en común?


La base de estos trastornos es emocional, las pacientes se ven incapaces de regular sus emociones. Emociones que en ocasiones no han podido expresar de forma satisfactoria en un ambiente familiar poco estimulante, restrictivo, con grandes demandas acerca de su comportamiento o en un entorno que no ha sabido responder adecuadamente a su alta intelectualidad y deseo de cariño.

Cuando ya se establece la enfermedad de forma clara, descartando otros trastornos orgánicos como diabetes mellitus, neoplasia, catexia hipofisiaria u otros trastornos psicológicos como TOC o psicosis, podremos decir que nos encontramos con un trastorno de la alimentación.

Los trastornos de la conducta alimentaria suelen aparecer entre los 10-30 años, el 95% son mujeres y tienen en común la idea sobrevalorada de la delgadez. Comparten una extrema preocupación por peso y figura, distorsiones cognitivas, síntomas depresivos y de ansiedad, además de un funcionamiento social deficitario.

¿Por qué aparece a esa edad?
Si tenemos en cuenta que la mayoría de las víctimas son adolescentes, una de las causas probables es que la joven no sabe gestionar el paso de niña a mujer. Su sistema de comunicación “de niña” aún resulta deficitario y sienten presión, se encuentran en un contexto de emocionalidad inhibida y a esa edad son más conscientes de lo que el género femenino “aparentemente” les impone: delgadez, belleza, candidez y sumisión.

Si fuese solo un problema de imagen, las personas con anorexia restaurarían el equilibrio en su ingesta calórica al ver que ya están suficientemente delgadas.

Es la necesidad de perfección, el miedo a recaer y la distorsión perceptiva lo que hace que sus patrones conductuales se mantengan. Unos patrones conductuales que solamente reciben recompensa en su propia repetición.

Mitos sobre la anorexia y la bulimia

Se ha asociado la personalidad de las mujeres con estos trastornos a un patrón de desorganización vital, de debilidad, de poca inteligencia, de alta sugestionalidad acerca de los comentarios de los demás. Pero no son las características personales que encontramos en estas pacientes cuando las evaluamos.

Tampoco son personas delirantes incapaces de discernir la realidad de la imaginación. En la anorexia las pacientes no son personas delirantes e histéricas. Según algunos estudios, no se trata tampoco de una alteración perceptiva, sino de la comparación con modelos cada vez más exigentes que se materializa en comportamientos restrictivos.

Es su forma de relacionarse con el mundo, de enterrar lo que nunca pudieron expresar. No comer es la mejor manera que han encontrado de controlar aquello que les sucede. Por eso, cuando no lo consiguen se castigan sin piedad.

No son histéricas, se sienten solas
Por otro lado, el hecho de tener la atención tan enfocada a un propósito les libera de enfrentarse a otro tipo de problemas, que siempre serán secundarios y postergables hasta el momento en el que solucionen el que para ellas es el verdadero problema.

La mayoría son conscientes de que se encuentran dentro de un proceso destructivo, pero una vez iniciado, han creado un sistema de refuerzos y castigos tan potente que para ellas es muy complicado escapar de él. Han programado de tal manera su cerebro su inercia dañina es realmente poderosa.

Muchos de quienes padecen alguno de estos trastornos consiguen restaurar la normalidad en sus vidas. Hacerlo es un trabajo duro, que requiere de paciencia y en el que se sufren recaídas. Sin embargo, para conseguir vencerlo es necesario el apoyo de las personas que quieren a la persona que sufre el trastorno. Su apoyo, su fe y su persistencia para conseguir salir de túnel son fundamentales.

Esto es así porque el trastorno ataca directamente a la autoestima de la persona que lo padece, la hace inferior porque siempre se compara con modelos que ella cree superiores, más perfectos, más deseables. Por lo tanto, la persona se sitúa siempre en un lugar de inferioridad y de aspiración, constante y continuamente.

Además, es habitual que las personas que han padecido algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria, como la anorexia o la bulimia, presenten patrones de excesiva dependencia, miedo al abandono, hipersensibilidad a las críticas, alexitima, etc. De alguna manera, este tipo de trastornos se superan, pero no se curan y va a suponer un reto constante mantener su recuperación a lo largo de toda la vida.


Cristina Roda Rivera