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sábado, 27 de octubre de 2018

Emoción, amiga mía,… exprésate !


En nuestras vidas, la expresión justa de nuestras emociones es una competencia fundamental la cual favorece nuestro bienestar y la facilidad en nuestras relaciones además de participar a lo que algunos autores llaman la Inteligencia Emocional (1)

Expresión justa

Para ello es útil e importante de utilizar los principios de la Comunicación No Violenta: 
  • Describir sin juicio lo que desencadena la emoción,
  • Expresar lo que se siente realmente, auténticamente y sinceramente, privilegiando la formula “me siento….”
  • Expresar las necesidades que motivan las emociones,
  • Proponer soluciones.

Para familiarizarse con la expresión sincera de sus emociones, empezar simplemente por observar sus comportamientos o sus automatismos en las situaciones profesionales o personales que conllevan emociones en Ud.

Puede, en un primer tiempo, contestar espontáneamente a estas preguntas:

  • Cuales emociones me cuestan expresar ?
  • Cuales son las emociones que me gustan hablar?
  • Cuales son las emociones frecuentemente vivenciadas en mi contexto familiar o de amigos?
  • Con quien puedo hablar con toda confianza cuando me siento menos bien ?

Para seguir con su observación, pasar ahora a la escritura….

… y mantengan un diario de las situaciones emocionales que esta viviendo y tome el tiempo de describir:

  • Cual es el contexto, cuales son los hechos que desencadenan la emoción?
  • Que pasa en mi en esta situación ? Cuales emociones me atraviesan concretamente y precisamente  - cuidado una emoción puede esconder otra! 
  • Que es lo importante para mi ? Cuales son mis expectativas?

Muchas investigaciones científicas estudian y dan cuenta sobre el efecto del trabajo de escritura para la clarificación de lo vivenciado, sobre el proceso de resolución de problemas y sobre el discernimiento. (2)

La emoción tiene una « vocación » para ser comunicada

Según los estudios del psicólogo Bernard Rimé, cuando una persona vivencia una emoción, comparte en 80% de los casos por lo menos con una persona, implicada o no, en la situación emocional. (3)

Es por ello, sin lugar a dudas, que tantos “secretos” son finalmente revelados!

Cuando « contamos » nuestras emociones, estamos retejiendo lasos con las personas que nos escuchan sinceramente; les damos informaciones que les ofrecen la posibilidad: 

  • De anticiparse o de responder a nuestras demandas,
  • de ayudarnos para reconsiderar la situación,
  • de entregarnos una ayuda concreta o de aconsejarnos,

Nuestra expresión justa y sincera abre un espacio de  compartir y de comunicación y favorece el desarrollo de las relaciones interpersonales.

Emoción, amiga mía,… te entiendo… exprésate !

1.     P. Salovey et J.D. Mayer, (1990),  ‘Emotionnal intelligence’, in Imagination, Cognition and Personnality, 9, 185-211,
2.    A.Piolat & R. Bannour, (2011), https://www.researchgate.net/publication/234115546_Les_effets_de_l’ecriture_expressive_sur_la_sante_physique_et_psychologique_des_redacteurs_un_bilan_des_perspectives_de_recherches
3.     B. Rimé, (2005), Le partage social des émotions, Paris, PUF


miércoles, 18 de abril de 2018

ASÍ PUEDES MEJORAR TU INTELIGENCIA EMOCIONAL



Muchos de nosotros tendemos a sobreestimar nuestra inteligencia emocional, según un profesor del Centro de Estudios de la Infancia en Yale.



Quizá pienses que eres más o menos inteligente pero, ¿tienes inteligencia emocional?
Porque es nuestra inteligencia emocional la que nos da la habilidad para entender nuestros sentimientos instintivos y los de los demás. También nos permite entender y etiquetar nuestras emociones así como expresarlas y regularlas, según Mac Brackett, de la Universidad de Yale.
Muchos de nosotros probablemente pensemos que podemos hacer todo eso. Detectamos y entendemos las emociones en nosotros mismos y en los demás y las etiquetamos con precisión para guiar nuestros pensamientos y acciones.
Pero muchos de nosotros tendemos a sobreestimar nuestra inteligencia emocional, según Brackett, un profesor en el Centro de Estudios de la Infancia en Yale y director fundador del Centro de la Inteligencia Emocional de Yale.
Esto es importante porque los expertos dicen que la habilidad para leer, entender y responder a nuestras emociones y las de otros es un factor crucial en la predicción de nuestra salud, felicidad y éxito personal y profesional.
Así que quizá todos nosotros necesitemos invertir un poco de más tiempo en educarnos a nosotros mismos en lo que significa la inteligencia emocional.
Entender la inteligencia emocional
La teoría de la inteligencia emocional —y el término en sí mismo— tienen su origen en Yale y en la Universidad de New Hampshire. Peter Salovery, el 23º presidente de la Universidad de Yale, y John "Jack" Mayer, profesor de psicología de la Universidad de New Hapshire, escribieron la teoría en 1990, recordó Brackett.
Su trabajo demostró cómo las emociones tenían un impacto en el mercado y en los pensamientos y conductas individuales, dijo Robin Stern, directora asociado del Centro de Yale de la Inteligencia Emocional y educador, autor y psicoanalista.
Los expertos han seguido construyendo sobre ese marco para refinar las definiciones de qué es exactamente lo que está en el núcleo de la inteligencia emocional. "La inteligencia emocional es ser inteligente acerca de sus sentimientos. Es cómo usar sus emociones para informar su pensamiento y usar su pensamiento para informar sus emociones", dijo.
Es tener conciencia de cómo tus emociones impulsan tus decisiones y comportamientos para que puedas involucrarte efectivamente e influir en los demás, dijo Sara Canaday, una oradora líder y autora. Las personas que son emocionalmente inteligentes tienden a ser empáticas, pueden ver las situaciones desde un punto de vista alternativo, se les considera de mente abierta, se recuperan de los desafíos y persiguen sus objetivos a pesar de los obstáculos que puedan enfrentar, de acuerdo con Canaday.
¿Por qué importa la inteligencia emocional?
Las personas con un bajo nivel de inteligencia emocional pueden tener éxito, dijo Canaday, pero argumenta que esas personas podrían ser aún más exitosas si tuvieran un nivel más alto de inteligencia emocional.
"Es qué tan bien puedes colaborar, qué tan bien te relacionas con los demás e influyes. Son las historias que puedes contar, la forma en que puedes hacer que los datos cobren vida de una manera que se conecte con los demás. Esas son las cosas que van a destacarte".
Probar la inteligencia emocional
Científicos del comportamiento han creado una serie de autoevaluaciones de la inteligencia emocional, generalmente desglosadas en "tu capacidad de autogestión, tu capacidad para gestionar las relaciones, tu autoconciencia y tu conciencia social", según Canaday.
Pero Brackett alerta de que "las mediciones son un tema difícil".
En sus primeras investigaciones, encontró que la gente tenía a sobreestimar su inteligencia emocional, motivo por el que cree que habría que medirla por evaluaciones de las actuaciones. En una evaluación de desempeño se requiere que las personas resuelvan problemas. Deben decodificar expresiones faciales o crear estrategias en una situación emocionalmente tensa. De esta manera, sus conocimientos y habilidades pueden ser probados en oposición a sus creencias sobre sí mismos.
Otra forma de prueba de inteligencia emocional es una "evaluación 360".
En el entorno laboral, una evaluación 360 es un proceso que involucra la retroalimentación de colegas y supervisores que evalúan la inteligencia emocional de una persona. Canaday cree que a menudo "nos vemos a nosotros mismos de manera diferente que otros".
Pero, advierte Canaday, si solicitas la opinión de alguien, estate preparado para aceptar lo que comparten. "Esto puede parecer muy personal. De una vez, decimos que queremos aprender y crecer, pero por otro lado, queremos ser aceptados tal como somos, y esos dos rasgos humanos van en contra".

¿Es posible mejorar la inteligencia emocional?

En los primeros años de vida, los niños deben ser educados en cómo reconocer sus emociones, entender lo que esas emociones significan y etiquetarlas con exactitud para expresarse y gestionarse a sí mismo, indica Stern.
Para aquellos adultos que no recibieron una educación emocional sólida, mejorar requerirá algo de trabajo duro. Canadya recomienda crear un plan de acción con objetivos específicos. "Selecciona una o dos áreas en las que quieras crecer, y recibe algunos consejos sobre cómo comenzar a incorporar el factor de inteligencia emocional que estás tratando de desarrollar".
Si quieres mejorar tu control de la ira, por ejemplo, puedes encontrar una salida saludable para ella, ya sea yoga, meditación o boxeo.
Canaday también sugiere buscar perspectivas de aquellos que pueden no estar de acuerdo contigo. "Sé intencional al respecto. Toma medidas activas para hacer eso. Si constantemente te rodeas de personas que creen lo mismo que tú, entonces estás escuchando las mismas conversaciones, y no estás creciendo, y no estás aprendiendo a estar abierto a las perspectivas".
Brackett aconseja buscar estrategias que sean efectivas para manejar las emociones. Practícalas y luego evalúa cómo funcionan esas estrategias para ti. Es importante "dedicar tiempo a reflexionar y pensar sobre tu influencia y cómo las personas responden a tus emociones, ser más conscientes de ti y tu presencia social".
Stern sugiere prolongar el tiempo entre el momento en que alguien te provoca y cuando respondes. Pausa, reduce la velocidad y respira profundamente. Imagina cómo es tu mejor yo. Tomarse el tiempo para hacer una pausa y pensar en lo que tu mejor yo haría en cada situación puede ayudarte a evitar que tus emociones te controlen. Te estás dando tiempo para manejar tus emociones.
Cómo nos hablamos a nosotros mismos también tiene un gran impacto en nuestras emociones y nuestra salud si esa autocharla no es positiva, asegura Stern. Ella sugiere que nunca deberíamos hablar a otras personas de la forma en que nos hablamos a nosotros mismos.
"No hay dudas en mi mente de que si las personas realmente apreciaran lo importantes que son las emociones, se permitieran emociones, dieran espacio para que otras personas tuvieran sus emociones y manejaran esas emociones hábilmente al servicio de hacer un mundo mejor, de hecho tendrían un mundo mejor".

 Fuente: CNN Español

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Emociones: ¿qué son? ¿cuántas hay? ¿cómo determinan nuestra conducta?



Las emociones parecen gobernar nuestra vida cotidiana. Tomamos decisiones en función de si estamos contentos, enojados, tristes, aburridos o frustrados. Elegimos nuestras actividades y pasatiempos basándonos principalmente en las emociones que nos sobrevienen en cada momento y nos incitan a realizar una determinada acción.



¿Qué es una emoción?

“Una emoción es un estado psicológico complejo que implica tres componentes distintos: una experiencia subjetiva, una respuesta fisiológica, y una respuesta conductual o expresiva”. (Hockenbury y Hockenbury , 2007)

Para entender mejor lo que las emociones son, vamos a centrarnos en los tres elementos clave antes mencionados.

La experiencia subjetiva

Aunque los expertos creen que hay una serie de emociones básicas universales que son experimentadas por personas de todo el mundo independientemente de su origen o de su cultura, los investigadores también creen que la experiencia de la emoción puede ser muy subjetiva. Además, no siempre experimentamos formas “puras” de cada emoción, ni las mismas emociones se manifiestan ante acontecimientos o situaciones de la vida similares.

La respuesta fisiológica

Si alguna vez has sentido un nudo en el estómago, o fuertes palpitaciones en el corazón debido a la ansiedad o el miedo, entonces sabrás que las emociones también pueden causar reacciones fisiológicas importantes. Muchas de las reacciones físicas que se experimentan durante una emoción, como la sudoración de las manos, el ritmo cardíaco acelerado, la respiración rápida, son controlados por el sistema nervioso simpático, una rama del sistema nervioso autónomo que controla las respuestas involuntarias del cuerpo.

Mientras que los primeros estudios sobre la fisiología de las emociones tienden a centrarse en estas respuestas autonómas, la investigación más reciente se ha centrado en el papel del cerebro en las emociones. Los escáners cerebrales han demostrado que la amígdala, parte del sistema límbico, juega un papel importante en la respuesta fisiológica emocional, y en particular en el miedo.

La respuesta conductual

El componente final es tal vez con el estamos más familiarizados, por ser la expresión real de la emoción. Gastamos una cantidad significativa de tiempo en interpretar las expresiones emocionales de las personas que nos rodean. Nuestra capacidad de comprender con precisión estas expresiones está ligada a lo que llamamos inteligencia emocional y estas expresiones juegan un papel importante en nuestro lenguaje corporal en general.

Los investigadores creen que muchas expresiones son universales, como la sonrisa para indicar felicidad o placer, o el ceño fruncido para expresar tristeza o disgusto. Pero las normas culturales también juegan un papel importante en la forma de expresar e interpretar emociones. En Japón, por ejemplo, las personas tienden a ocultar las manifestaciones de miedo o disgusto cuando se encuentran en presencia de una figura de autoridad.

¿Cuántas emociones hay?

En realidad, hay un número de diferentes teorías de la emoción que intentan identificar y clasificar la experiencia emocional humana. En 1972, el psicólogo Paul Eckman sugiere que existen seis emociones básicas que son universales a lo largo de las culturas humanas: miedo, asco, enfado, sorpresa, felicidad y tristeza . En 1999 se amplió esta lista para incluir una serie de emociones básicas como la vergüenza, la excitación, el desprecio, la vergüenza, el orgullo, la satisfacción y la diversión.

Durante la década de 1980, Robert Plutchik introdujo otro sistema de clasificación de la emoción conocida como la “rueda de las emociones”. Este modelo demuestra cómo las diferentes emociones pueden ser combinados o mezclados entre sí, del mismo modo en que un artista mezcla colores primarios para crear otros colores. Plutchik sugiere que hay 8 dimensiones emocionales primarias y contrapuestas: alegría frente a tristeza, ira frente a miedo, confianza frente a disgusto y sorpresa frente a anticipación. Estas emociones, pueden combinarse en una gran variedad de formas. Por ejemplo, la felicidad y la anticipación pueden combinarse para crear el optimismo.

¿Es lo mismo emoción que estado de ánimo?

En el lenguaje cotidiano, utilizamos a menudo los términos “emociones” y “estados de ánimo” de manera intercambiable, pero los expertos hacen distinciones entre los dos. ¿Cómo se diferencian ? Una emoción es normalmente bastante corta, al mismo tiempo que intensa. Las emociones son también propensas a tener una causa definida e identificable. Por ejemplo, después de estar en desacuerdo con un amigo en una conversación, es posible que nos sintamos enojados por un corto período de tiempo.


Por su parte, un estado de ánimo es por lo general mucho más suave que una emoción, pero de mayor duración. En muchos casos, puede ser difícil identificar la causa específica de un estado de ánimo. Por ejemplo, es posible sentirse triste durante varios días sin ninguna razón aparente o identificable.


Extraído de What Are Emotions? By Kendra Cherry, About.com Guide