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viernes, 15 de junio de 2018

Anorexia y bulimia : el precio de la intransigencia emocional

Anorexia y bulimia : el precio de la intransigencia emocional


Los trastornos de la alimentación como la anorexia y la bulimia suponen un reto para nuestra sociedad. Aunque su tasa es mayor en chicas adolescentes, lo cierto es que los chicos no se escapan y las mujeres que han superado la adolescencia tampoco son inmunes a padecerlos.

El término “buena chica” se asocia con hermetismo, pulcritud, calidez, control emocional y un sinfín de exigencias que ponen barrotes al desarrollo espontáneo y natural de cualquier ser humano. El estereotipo, detrás del que se esconden una gran cantidad de demandas, condena precisamente a las mismas adolescentes que le hacen publicidad.

Una forma fácil de controlar su peso, de controlar su cuerpo, de controlar su imagen es mediante los sacrificios alimentarios. Renuncias voluntarias que en la mayor parte de los casos son indocumentadas, mal gestionadas y, por lo tanto, con una alta dosis de frustración.

Esta forma de relacionarse con la comida es, en el fondo, su manera trágica de manejar y derivar su propio sufrimiento. El propio anhelo de ser quienes no son, el desprecio a lo que ven cuando se miran en el espejo.

Anorexia y bulimia
Habitualmente asociamos anorexia con restricción alimentaria y bulimia con purgas, vómitos o conductas compensatorias después de comer. Estos no son patrones tipo y rígidos, sino que pueden variar en función de la persona que sufra el trastorno.

En realidad, existen dos subtipos de anorexia, la restrictiva y la purgativa (purgarse es toda conducta compensatoria para eliminar el alimento ingerido). 

La anorexia de tipo no purgativo se asocia a perfeccionismo, rigidez, hiperresponsabilidad y sentimientos de inferioridad. La de tipo purgativo (además de la total restricción de alimentos llegan a purgarse) se asocia con un historial familiar de obesidad, sobrepeso premórbido, impulsividad, reacciones distímicas, labilidad emocional y conductas adictivas.

En la bulimia nerviosa son habituales las purgas o conductas compensatorias. En esta bulimia nerviosa prototípica, con purgas, existe mayor distorsión de la imagen corporal, más patrones de alimentación anormales y más problemas psicológicos asociados.
            







El no purgativo (existe atracón pero no conductas compensatorias) podría parecerse a un trastorno por atracón, pero no lo es porque existe la idea sobrevalorada de peso y figura. Este subtipo se asocia con otros problemas como la ideación suicida, las conductas adictivas y los trastornos de control de impulsos.

¿Qué tienen en común?


La base de estos trastornos es emocional, las pacientes se ven incapaces de regular sus emociones. Emociones que en ocasiones no han podido expresar de forma satisfactoria en un ambiente familiar poco estimulante, restrictivo, con grandes demandas acerca de su comportamiento o en un entorno que no ha sabido responder adecuadamente a su alta intelectualidad y deseo de cariño.

Cuando ya se establece la enfermedad de forma clara, descartando otros trastornos orgánicos como diabetes mellitus, neoplasia, catexia hipofisiaria u otros trastornos psicológicos como TOC o psicosis, podremos decir que nos encontramos con un trastorno de la alimentación.

Los trastornos de la conducta alimentaria suelen aparecer entre los 10-30 años, el 95% son mujeres y tienen en común la idea sobrevalorada de la delgadez. Comparten una extrema preocupación por peso y figura, distorsiones cognitivas, síntomas depresivos y de ansiedad, además de un funcionamiento social deficitario.

¿Por qué aparece a esa edad?
Si tenemos en cuenta que la mayoría de las víctimas son adolescentes, una de las causas probables es que la joven no sabe gestionar el paso de niña a mujer. Su sistema de comunicación “de niña” aún resulta deficitario y sienten presión, se encuentran en un contexto de emocionalidad inhibida y a esa edad son más conscientes de lo que el género femenino “aparentemente” les impone: delgadez, belleza, candidez y sumisión.

Si fuese solo un problema de imagen, las personas con anorexia restaurarían el equilibrio en su ingesta calórica al ver que ya están suficientemente delgadas.

Es la necesidad de perfección, el miedo a recaer y la distorsión perceptiva lo que hace que sus patrones conductuales se mantengan. Unos patrones conductuales que solamente reciben recompensa en su propia repetición.

Mitos sobre la anorexia y la bulimia

Se ha asociado la personalidad de las mujeres con estos trastornos a un patrón de desorganización vital, de debilidad, de poca inteligencia, de alta sugestionalidad acerca de los comentarios de los demás. Pero no son las características personales que encontramos en estas pacientes cuando las evaluamos.

Tampoco son personas delirantes incapaces de discernir la realidad de la imaginación. En la anorexia las pacientes no son personas delirantes e histéricas. Según algunos estudios, no se trata tampoco de una alteración perceptiva, sino de la comparación con modelos cada vez más exigentes que se materializa en comportamientos restrictivos.

Es su forma de relacionarse con el mundo, de enterrar lo que nunca pudieron expresar. No comer es la mejor manera que han encontrado de controlar aquello que les sucede. Por eso, cuando no lo consiguen se castigan sin piedad.

No son histéricas, se sienten solas
Por otro lado, el hecho de tener la atención tan enfocada a un propósito les libera de enfrentarse a otro tipo de problemas, que siempre serán secundarios y postergables hasta el momento en el que solucionen el que para ellas es el verdadero problema.

La mayoría son conscientes de que se encuentran dentro de un proceso destructivo, pero una vez iniciado, han creado un sistema de refuerzos y castigos tan potente que para ellas es muy complicado escapar de él. Han programado de tal manera su cerebro su inercia dañina es realmente poderosa.

Muchos de quienes padecen alguno de estos trastornos consiguen restaurar la normalidad en sus vidas. Hacerlo es un trabajo duro, que requiere de paciencia y en el que se sufren recaídas. Sin embargo, para conseguir vencerlo es necesario el apoyo de las personas que quieren a la persona que sufre el trastorno. Su apoyo, su fe y su persistencia para conseguir salir de túnel son fundamentales.

Esto es así porque el trastorno ataca directamente a la autoestima de la persona que lo padece, la hace inferior porque siempre se compara con modelos que ella cree superiores, más perfectos, más deseables. Por lo tanto, la persona se sitúa siempre en un lugar de inferioridad y de aspiración, constante y continuamente.

Además, es habitual que las personas que han padecido algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria, como la anorexia o la bulimia, presenten patrones de excesiva dependencia, miedo al abandono, hipersensibilidad a las críticas, alexitima, etc. De alguna manera, este tipo de trastornos se superan, pero no se curan y va a suponer un reto constante mantener su recuperación a lo largo de toda la vida.


Cristina Roda Rivera

sábado, 23 de enero de 2016

LA ANOREXIA Y BULIMIA


Hoy en día la “Anorexia y Bulimia” son dos enfermedades que están acabando con nuestras y aún nuestros jóvenes a muy temprana edad. ¿Qué pasa dentro de su interior que los orilla a llegar a estos extremos?



ANOREXIA 
Frecuentemente relacionada con una estima de sí muy baja y al deseo inconsciente de querer desaparecer, negación de la propia vida. La relación que se tiene con el alimento, simboliza a la madre.

Madre tóxica, mamá fría, separación con mamá…

La anorexia es un trastorno alimentario que implica limitar la cantidad de alimento que se come. Ocasiona inanición, incapacidad de permanecer en el peso ideal mínimo normal para la edad y la estatura. Hay un miedo enorme a aumentar de peso, hay una autoagresión importante.

Conflicto: Hay una relación tóxica con la madre. Real o imaginario es lo mismo, pero la persona que sufre esta patología lo vive así. Puede ser muy inconsciente y en la mayoría de los casos encontramos un fuerte peso Transgeneracional.

Conflicto con la identidad. Solución: No comer.

Ejemplo: Dos gemelas, una con anorexia. Cuando nacieron, el padre entró en depresión y la madre estaba muy pendiente del padre. Las niñas eran como un peso, un paquete y las llevaban con la abuela cuando tenían que ingresar al padre, la niña asoció que lo que la madre le daba era tóxico y no podía comer lo que le daba la madre. Había una relación de amor-odio. La anorexia también tiene que ver con la calidez de la mamá, imprescindible para un niño.

También hablamos de amor incomprendido. Si se trata al niño con amor, da igual lo que se haga o diga, si es con amor el niño lo va a captar así. Por ejemplo, una reprimenda significará que se preocupan por mí poniéndome estos límites.

Resentir: “Mi mamá me da comida/ afecto tóxica”,“Mi mamá controla mi vida, mi espacio, mi identidad”. “Rechazo a mi madre” “Rechazo el amor, el afecto de mi madre”.

ANOREXIA NERVIOSA
Mujeres que no quieren ser mujer, repudio a la feminidad y a la sexualidad. Miedo al sexo, a la proximidad y al calor. Egocentrismo encubierto, ansían atención y la consiguen por medio de la enfermedad. Tienen que hacer consciente su deseo de amor, sexo y egocentrismo.

Conflicto con la identidad.

Solución: No comer. Tendremos en cuenta a la hora de observar la anorexia en consultas de Bioneuroemoción las inversiones Psicologicas son las inversiones de valores que pueden estar ligadas a la educación (frases repetitivas) o aun shock emocional.

COMER/MORIR: Anorexia, comer es peligroso, alimento tóxico. Conflicto de muchas chicas con su madre. Mamá = a comida tóxica

Tanto la anorexia como la bulimia expresan una negación de la propia vida, y son una forma extrema de odio hacia uno mismo. La comida es alimento en el nivel más básico.

¿Por qué te niegas el alimento? ¿Por qué quieres morir? ¿Qué pasa en tu vida, que sea tan terrible como para que quieras abandonarla?

Cuando te odias a ti mismo, en realidad odias una idea que tienes de ti mismo. Y las ideas se pueden cambiar. ¿Qué hay en ti que sea tan terrible? ¿Te criaste en una familia que criticaba continuamente tu comportamiento? ¿O eran tus maestros quienes lo criticaban? ¿te dijeron que así, tal como eras, “no servías”? Con demasiada frecuencia procuramos hallar razones “comprensibles” que nos digan por qué no nos quieren ni nos aceptan tal como somos.

“Gracias” a la obsesión de la industria de la moda con la esbeltez, muchas mujeres que se repiten continuamente a sí mismas: “¿Qué sentido tiene, si con este cuerpo no sirvo para…?”. ¡Concentran el odio en su propio cuerpo. En un nivel están diciendo que si fueran más delgadas, entonces las amarían, pero eso no funciona. Nada funciona desde fuera. La clave es la aprobación y la aceptación de uno mismo.

Hay una sensación de amor y un afecto insatisfecho. Necesidad de un alimento emocional. 
Necesidad de que te acepten los demás.

BULIMIA
Alimento físico = alimento emocional. Querer colmar un vacío afectivo.
Conflicto: Madre tóxica.

Resentir: “Quiero seguridad de mamá y lo que me da es angustia e inseguridad.” “Lo que me da mamá es lo que no quiero” (por eso lo vuelvo a sacar)” “Me gustaría que el afecto que me da mi madre fuese diferente”.

Como en la anorexia, el alimento es un símbolo de la madre. Mamá tóxica, mamá fría, separación con mamá… Si los niños (particularmente las niñas) toman leche tóxica pueden tener de mayores estas patologías. Leche tóxica son las emociones de la madre, que influyen en la lactancia, de manera que si la madre tiene emociones tóxicas, puede dar “comida tóxica” al niño. La leche se agria de verdad si el conflicto de la madre es muy grande. Se come en exceso y luego se entra en vómitos.

También hay una relación difícil con la madre, aquí la separación es más importante. Búsqueda de buen alimento afectivo, que puede que se haya tenido por algún tiempo y luego se haya perdido (como un destete brutal, o que se muera alguien muy cercano a la mamá, está entre en duelo y desteta al niño. Cuando se da el pecho a un niño y la madre queda de nuevo embarazada de nuevo, desteta al niño, pero es el segundo el que va a tener bulimia, porqué la mamá no lo alimenta de buena gana, pues siente que ha tenido que abandonar al primero para alimentar al segundo y le está dando a este lo que tantas ganas tenia de dar al primero.

El niño siente que la madre no le está dando alimento cálido.

Un niño pequeño que no quiere comer siempre es un conflicto con mamá (mamá tóxica).

Preguntar a mamá: “Que es lo que no quieres, digerir…” El niño hace el síntoma de la mamá, por eso en las consultas de Bioneuroemoción los síntomas de los niños pequeños los tratamos directamente con las madres o ambos padres.

BULIMIA NERVIOSA

Esta enfermad está causada por una necesidad de vivir, ser amado y recibir “alimento emocional”. Hay una sensación de vacío que estás intentando llenar desesperadamente. Puede que te sientas inseguro y con miedo a la perdida. Aprende a amarte tal como eres, te será más fácil aceptar el amor de otros, porque lo mereces. Date cuenta que hay una fuente sin límites de amor y alimento espiritual – y está dentro de ti.

Lo que busca la persona bulímica es protección. Y ¿qué hace?, comer, porque comida es igual a madre, “…tomo la comida que no me da mi madre…”. Al revés de la anoréxica que es “no me gusta mamá,…la comida de mamá es tóxica, por lo tanto no como,…”.

El resentir es un resentir de asco y de miedo.

Por ejemplo, hay mujeres que al mirarse al espejo se encuentran muy gordas y se dicen me doy asco, y en este momento pueden bloquear el glucagón y generan hipoglucemia y esto hace que tengan hambre y empiezan a comer. Se dicen: “me doy asco de comer de esta manera” y en este caso pueden provocarse vómitos y caer en bulimia


Fuente: Mireya Larruskain