viernes, 4 de noviembre de 2016

ENTENDÁMOS LA ENFERMEDAD; CAMBIEMOS LA VISIÓN



“El hombre se enferma cuando  se siente imposibilitado para expresarse; cuando  sus anhelos no son vividos  y entonces  el cuerpo los expresa.         

La salud plena es la capacidad usar todo nuestro potencial dejándonos expresar como queremos”.



    ENFERMEDAD proviene del latín infirmitas, que significa literalmente «falto de firmeza» Es una oportunidad de cambio, momento de relativizar y de cambiar  la omnipotencia.

    CRISIS=  (del latín crisis, a su vez del griego   κρίσις) es una coyuntura  de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución.

Tanto la enfermedad como la crisis son el cruce donde tengo que decidir por donde debo ir.

En el mundo Griego las personas eran sanadas con rituales mágicos y religiosos. Entraban en el templo algunos días. Si no sanaban los mandaban a casa porque quería decir que la divinidad no quería intervenir. Por esos tiempos estaban las primeras figuras profesionales como Hippocrates  y Galeno. Empezaron a observar que la enfermedad no es un problema de una divinidad que castiga a la persona sino una alteración de los líquidos del cuerpo de esa persona.  Ellos fundan la escuela de Kos donde se inicia el arte médica que se separa de la visión mágico/religiosa.  Observan el cuerpo como posibilidad de equilibrio o desequilibrio. Tenían en consideración la historia pasada, la presente y cuales eran las expectativas del futuro y solo entonces daban una cura.

Por lo tanto enfermedad depende de cuales valores tenemos.    No podemos hablar de una enfermedad sin ver el imaginario simbólico de la persona.  El cuerpo humano funciona en la relación a la cultura en la que esta inmerso. Nuestro cuerpo esta inmerso en una serie de símbolos, significados y valores; por lo que para sanar necesitamos tener en cuenta el mundo personal de símbolos, significados y valores de nuestra cultura. Nadie sana si no cambia su estilo de vida.  Hoy en día se pretende sanar con una inyección sin cambiar el ambiente y motivos que lo llevaron al hospital.



LA “ENFERMEDAD” afecta: 
LA BIO  el cuerpo se modifica LA PSIQUE su identidad se  afecta, se siente menos, LO SOCIAL cierra la relación con el mundo, 
LO ESPIRITUAL se siente traicionado, abandonado.

Necesitamos ampliar en 360 grados la visión del cuerpo entendiendo que  las palabras son bisturíes.  Aplicando el poder de las palabras adecuadas para que la persona pueda tener conciencia de su malestar. Si la persona tiene confianza en quien le comunica tiene mas poder cualquier medicina que esta le ofrezca y  por la contra transferencia quien ayuda también se ayuda cuando da.

Todos los problemas de la vida son un problema de comunicación y la cura es la comunicación.  Un cuerpo no funciona sin la relaciones externas. Entrar en el mundo personal para entender, solo en esa persona, que significado tiene su síntoma. Si la persona tiene confianza en quien le comunica tiene mas poder cualquier medicina que esta le ofrezca.

Necesitamos cuestionarios: “Si morimos porque enfermamos o enfermamos porque somos mortales”. Estamos en grado de ir mas allá de nuestros limites, tener una visión unitaria.  Individuo quiere decir no divisible y nosotros hemos dividido el cuerpo humano del  hombre. El hombre se enferma cuando el hombre es parcial.

No olvidemos que cuando tomamos cualquier medicamento, se da el efecto físico y que influye también quien me lo da, el afecto del otro. La medicina necesita significados simbólicos relacionados a la cultura y del mundo de la persona.


 HOY TENEMOS MAS INSTRUMENTOS QUE AYER PARA CONOCERNOS: 
CONOCETE A TI MISMO, DATE UN LIMITE PARA LO QUE TU PUEDES 
Y DALE UN SENTIDO A TU EXISTENCIA.

Las rodillas: mi flexibilidad, mi amor propio, mi orgullo, mi testarudez




LAS RODILLAS: MI FLEXIBILIDAD, MI AMOR PROPIO, MI ORGULLO,....MI TESTARUDEZ

Las rodillas son la segunda articulación de las piernas. Cargan el peso del cuerpo cuando estamos de pie y se necesitan para caminar, para subir y bajar escalones, para sentarse, para descender, etc.

Las rodillas se relacionan con el orgullo, el sometimiento, la modestia y la humildad. Representan nuestra capacidad de ceder, de solar, en nuestra relación con los otros. No querer doblegar las rodillas indica una actitud orgullosa e inflexible. Caer de rodillas es una llamada a la humildad, a que abandonemos la arrogancia o el orgullo respecto a alguna situación que estemos viviendo.

En astrología se dice que el signo de capricornio controla la articulación de la rodilla y el regente de este signo es Saturno. Tal vez por ese motivo se dice que las personas muy “saturninas” (es decir rígidas) suelen acabar con problemas de rodillas.

En el maestro y las magas, Alejandro Jodorowsky explica que cada una de nuestras edades vive en nosotros. Si los huesos son seres, las articulaciones son puentes por donde hemos de atravesar el tiempo. Dice respecto a las rodillas:

"Asalta esa fortaleza al parecer inexpugnable que son tus rodillas. Por delante presentan una coraza al mundo, pero detrás, en la intimidad, te ofrecen la sensualidad del adolescente"

Las rodillas conquistan el mundo, te permiten ocupar como un rey tu territorio, son los caballos feroces de tu carro. Pero si no sigues subiendo, madurando, ahí te quedarás, encerrado en tu castillo.

Las lesiones de menisco, constituido por cartílago que hacen posible la articulación y rotación de la rodilla, se producen a causa del sobreesfuerzo. Puede que con una excesiva actividad exterior, huyamos desmesuradamente de solucionar algún conflicto interior. Tras la operación de menisco, los afectados deben restringir el movimiento. A este proceso, sería conveniente que le siguiera una toma de consciencia de cuales son nuestros límites y de que manera los estamos trascendiendo, al tiempo que deberíamos preguntarnos de qué asunto íntimo estamos “queriendo escapar”.

Los dolores en las rodillas son aliados que nos pueden ayudar a reflexionar sobre nuestra relación con la jerarquía: la dominación y el sometimiento con lo que nos rodea; sobre nuestra excesiva rigidez; e incluso nos puede invitar a dar un repaso autobiográfico de nuestra salida del mundo adolescente, por si algo que allí no se terminó de elaborar, sigue llamando nuestra atención a través de alarmas en la zona corporal que representa a esa edad, las rodillas. Si no dedicamos tiempo y energía a solucionar los problemas del "submundo" referidos a lo anterior, todo ese tiempo y energía se concentra en una hiperactividad fuera de nosotros, demasiado orgullosos e inflexibles para admitir que debemos transformarnos, y en esta huída desmesurada, se rompen los límites de nuestra capacidad física, dando problemas en los meniscos.

En lugar de vivir estos problemas de salud como algo negativo y sin sentido, sería mejor escucharlos como si de maestros se trataran. Seguro que traen un mensaje sanador para nosotros.


lunes, 15 de agosto de 2016

BIO- NEURO - EMOCION... lo que crees...creas

Bioneuroemoción, lo que crees, creas

Dentro del paradigma de la BioNeuroEmocion sabemos que detrás de cualquier síntoma físico, mental o comportamental siempre hay un componente emocional.

Así pues lo que la medicina convencional llama “enfermedad” estaría relacionado con una o varias emociones reprimidas y reducidas al silencio después de su aparición en nuestras vidas por no haber sabido gestionarlas adecuadamente. 

Esas situaciones de impacto emocional se caracterizan por la entrada en incoherencia emocional de la persona que es sencillamente ese estado en el que aquello que sentimos (corazón), pensamos (mente) y hacemos (cuerpo) no se mueve en la misma dirección.

Esas emociones no expresadas en el momento adecuado a causa del juicio, declaradas “políticamente incorrectas” por chocar frontalmente con nuestras creencias más profundas, cultura, religión o educación, y aún activas a día de hoy, habrían sido impresas en nuestro interior, en nuestro inconciente, por nosotros mismos en algún momento de nuestra vida, o por alguno de nuestros ancestros al que nos une lo que llamamos una fidelidad familiar inconsciente.


Diariamente, somos asaltados por numerosas situaciones físicas externas a las que nuestro sistema de protección inconsciente, al mando del cual está nuestro cerebro, da las adecuadas soluciones; así, activa la sensación de hambre, cuando nuestras reservas de glucosa flojean, el estornudo, cuando un cuerpo extraño entra en nuestras vías respiratorias o el vómito, cuando una sustancia tóxica es ingerida a través de nuestra alimentación. 

Todas ellas son soluciones biológicas temporales aplicadas con el fin de la supervivencia, que es el principal objetivo de cualquier ser vivo sobre la Tierra. Una vez desaparecido el agente desestabilizante (la falta de glucosa, la partícula de polvo o la seta venenosa), el cerebro interrumpe la reacción activada y la persona vuelve a la normalidad.

Pero ¿qué sucede cuando el agente amenazante es de tipo psíquico? ¿Qué ocurre cuando una situación imprevista, inesperada, más o menos dramática, vivida en aislamiento y sin solución aparente llega a nuestras vidas, como un mísil? 
Estamos hablando de situaciones desestabilizantes como pueden ser un insulto o una situación delicada como que se instale tu suegra en casa o que te despidan del trabajo… ¡Pues lo mismo! Aquí nuestro sistema de protección psíquico, con el cerebro al mando, detecta como nuestros niveles de estrés se disparan cuando no respondemos de una forma coherente ante esa situación, al reprimir la emoción que realmente sentimos y sustituirla por otra “políticamente correcta”… y en este caso también activa la mejor solución que nos puede proporcionar para recuperar nuestro equilibrio emocional inicial. Pero no hay que olvidar que el campo de acción sigue siendo puramente biológico y, por tanto, la solución va a tener un sentido biológico.

Así pues, si acepto la estancia de mi suegra en mi casa cuando en realidad vivo esa situación como “indigerible” (“¡Pero claro! ¿Cómo le puedo yo dar ese disgusto a mi pareja? ¡No quiero causar problemas!”), la solución que mi inconsciente me va a dar pueda ser generar más ácido en el estómago para facilitar esa “digestión pesada” con los consecuentes problemas digestivos que eso conlleve…

Sin embargo, ese trastorno no está ahí para fastidiarme o castigarme, sino que es la mejor solución biológica que mi sistema de protección inconsciente encuentra para superar ese conflicto. Mientras el conflicto siga activo, mientras no exprese de forma consciente esa emoción de rabia que no expresé, que reprimí, y pase a la acción en consecuencia a mis creencias, seguiré en incoherencia emocional, estresado, y la solución biológica del exceso de ácido seguirá activa.

Es por eso que en BioNeuroEmocion no hablamos de “enfermedad” sino de “programas biológicos de adaptación”.

Como se mencionaba al principio del artículo, el impacto emocional no siempre tiene su origen en un punto de nuestra historia cronológica, de nuestra edad, sino que puede proceder de lo que denominamos nuestro Proyecto/Sentido y/o de nuestro Transgeneracional.

Cuando hablamos de Proyecto/Sentido nos referimos a la situación emocional de los padres en el espacio comprendido entre los nueve meses antes de la concepción del hij@ y los 3 años de edad. La mamá, y evidentemente todo aquello que influya en su estado emocional (pareja, familia, las condiciones sociales, económicas y culturales del momento,…), va a ser un pilar determinante en el desarrollo futuro del hij@ y no sólo por la calidad de los nutrientes que circule por su sangre.

Cuando el bebé está en el vientre de la madre, éste vive todos los estados emocionales de ésta como si fueran suyos: sus alegrías, tristezas, preocupaciones y también sus incoherencias emocionales, con todo lo “no expresado”. El bebé se comporta aquí como una “esponja” absorbiendo toda la información de su alrededor que, sin filtros, sin juicios, va a constituir los programas inconscientes con los que va a funcionar como futuro adult@. 

Es por ello que algunas de nuestras enfermedades se encuentran programadas en esta etapa de nuestra vida.

Pero no solamente hablamos de la etapa uterina, sino incluso a la anterior a la concepción, que está llena también de información emocional que gira alrededor del bebé como proyecto de futuro adult@; por eso es importante tener en cuenta qué pasaba por la cabeza de nuestros padres alrededor de nuestra concepción: si querían niño o niña, si era o no desead@, cómo sentía mamá la relación con papá…

La ciencia ha concentrado su atención en el determinismo genético y nos ha ocultado durante mucho tiempo la enorme influencia que los estados emocionales tienen en la vida y cómo nuestras creencias y sentimientos, en esta primera etapa, influyen en el desarrollo de nuestros hijos.

Cuando hablamos del Transgeneracional nos referimos al estudio del árbol genealógico y sus memorias familiares. Su objetivo es poder poner en nuestra consciencia la historia de la familia, comprenderla y poder comprender el rol, al que estamos (inconscientemente) invitados a jugar a lo largo de nuestra vida. Ahí podemos ver ciertas similitudes entre ciertas áreas de nuestras vidas y ciertos aspectos del árbol. De esta forma, estamos invitados a resolver situaciones emocionales no resueltas que han sido excluidas de la conciencia familiar.

De la misma forma que aceptamos que cada uno de nosotros dispone de un sistema de protección inconsciente que vela por nuestra supervivencia, podemos entender que también existe un sistema de protección inconsciente familiar que vela por la supervivencia del clan. Éste “escucha” todas aquellas situaciones emocionales no correctamente gestionadas en algún lugar del árbol y también les da una solución biológica mediante algún miembro del clan.

El árbol denuncia así a través de sus miembros todos los secretos, lo “no expresado”… las incoherencias emocionales que pueden manifestarse muchas veces en forma de enfermedades concretas.

No debe entenderse el P/S y el Transgeneracional como un lastre, sino como la oportunidad de sanar unos errores que, de no somatizarse en el cuerpo, no tendrían fin.


Un acompañamiento como el que ofrece la BioNeuroEmocion puede facilitar la emergencia de esas emociones ocultas desde el inconsciente hasta nuestra conciencia, aportando así la aceptación de la persona de lo que no se pudo gestionar en el momento del impacto emocional. Dicha aceptación lleva a la coherencia y a la paz interior, a la mejora e incluso hasta el restablecimiento.

Fuente: http://www.ifeelmaps.com