“En nuestros
dientes llevamos impresos todos los programas de las experiencias y
vivencias de nuestros antepasados, así como nuestros propios conflictos”
En los dientes están
escritas nuestras memorias de tal forma que cada caries, cada malformación,
cada pieza que se oculta o que se gira nos muestra la historia de una memoria,
ya sea esta adquirida (por mi propio aprendizaje en el mundo) o innata
(heredada por mi genealogía).
Las patologías dentales
muestran el sufrimiento sentido a nivel inconsciente, y todas ellas se expresan
en tres niveles: en el ego (= personalidad, mi manera de reaccionar ante los
acontecimientos), en mi vínculo con mi árbol genealógico, y también en ser
interior (alma, ser esencial…).
Es tanta la información
que hay sobre los dientes, muelas y encías, y toda ella tan relevante, que he
resuelto el dedicarles tres extensos artículos pues no me cabe la menor duda
que serán de tu interés. En este en concreto encontrarás todo lo
relativo a la interpretación de las
piezas dentales en base a su posición en
las arcadas y a su relación con los conflictos transgeneracionales y cronológicos (vivenciados por el individuo), así
como el significado de las patologías más comunes.
Los dientes se alzan
como la parte más dura de nuestro cuerpo (incluso más que los huesos); los
dientes conforman nuestra estructura, nos brindan protección, y son una pieza clave en la supervivencia
pues gracias a ellos podemos “atrapar el bocado”, ya sea este real o
simbólico.
Pero además, e incluso
añadiría sobre todo, los dientes y muelas se suman
a la maravillosa danza del Universo dónde nada está ahí por azar, y así nos
permite extraer una sustanciosa información en relación a cómo éstos se
encuentren colocados, pues todos y cada uno de ellos nos transmiten fieles
memorias transgeneracionales.
Mapa sobre cristal pulido
El trabajo con los
dientes aporta una información que complementa , pero no puede abordarse como
la misma pues varía de acuerdo a la evolución de cada individuo y es
irrelevante la lateralidad (si es diestro o zurdo biológico),
El maxilar (= cielo)
representa a nuestro padre como educador. La mandíbula (= tierra) representa a
nuestra madre en el sentido de la crianza. La lengua es el verbo hecho carne
gracias a la palabra, y los 32 dientes se corresponden con las 32 letras del
alfabeto que escriben nuestra historia familiar.
Hasta la edad de tres
años mi representación del mundo (= mi
verticalidad) viene dada por la tierra / función madre (mandíbula) y por el
cielo / función padre (maxilar), puesto que no está desarrollada la conciencia
reflexiva. La mandíbula nos sirve de soporte para el reencuentro con la madre,
y en el maxilar alojaremos la memoria de lo que encontremos de la
función padre.
Llegados a los tres
años tomamos conciencia de la propia
existencia y aparece el yo soy, que en un principio se sitúa
entre el cielo (maxilar = función padre) y la tierra (mandíbula = función
madre). Christian Beyer tiene una frase que me encanta, dice así: “El
ser humano es una chispa de vida entre el cielo y la tierra”.
Sin embargo a no mucho
tardar el yo
soy toma un
lugar diferente, este es en la mandíbula, desplazando a la función madre al
maxilar; éste queda entonces dividido en dos partes: la de la izquierda
ocupada por la función madre, y la de la derecha por la función
padre.
Los fusibles del organismo
Los dientes son fragmentos de
cristal que, al igual que el resto del cuerpo,
contienen y transmiten la corriente eléctrica, de tal manera que cada uno
de ellos es receptor y emisor de información.
Los
dientes vienen a ser como los fusibles de
nuestro organismo. Tal y como desarrolló el Dr. Ryke
Hamer, cada vez que atravesamos un momento conflictual condimentado
con unos determinados ingredientes (que dan lugar a lo que se conoce
como bioshoch), este es recogido
simultáneamente por nuestra psique, cerebro y órgano.
De
acuerdo a la interpretación que la persona realice de la situación concreta así
se ve afectada una u otra zona del cerebro (conocida como foco de Hamer) y, de
la misma forma, el órgano “dañado” del cuerpo. Es aquí donde
nuestros fusibles intervienen, puesto que gracias a ellos se disminuye
la cantidad de masa conflictiva descargada sobre el órgano.
Veamos
ahora los cuatro cuadrantes en los que dividimos
la boca, teniendo en cuenta que la imagen está contemplada de frente;
esto significa que la parte que se sitúa a la izquierda corresponde a
nuestra parte derecha:
1)
Primer cuadrante, que representa al
clan y la figura del padre (los problemas en este primer cuadrante suelen
indicar conflictos pendientes de resolver con el padre)..
2)
Segundo cuadrante, que representa a la
familia y la figura de la madre (aquí los problemas suelen indicar conflictos
pendientes de resolver con la madre).
3)
Tercer cuadrante, representa el hogar
(arquetipo femenino).
4) Cuarto
cuadrante, representa el trabajo (arquetipo masculino).
La numeración de los dientes comienza en
los incisivos, situados en el parte central, y termina en las muelas del
juicio. Para hacer correctamente la lectura de los dientes que viene a
continuación, has de tomar el primer número como indicador del cuadrante al
cual pertenece la pieza, y el segundo con la colocación del diente en la
arcada. Por ejemplo,
el número 26 hace referencia a la pieza 6 dentro del segundo cuadrante; el
número 15 nos habla de la pieza 5 dentro del primer cuadrante.
Significado de cada diente
Incisivo central
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Raciocinio
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11
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Arquetipo masculino (noción de padre, hombre, Dios). El rol que tiene el
padre. Mi imagen hacia el exterior desde la mirada del padre.
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21
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Arquetipo femenino (noción de madre, mujer, Tierra). El rol que tiene la
madre. Mi imagen hacia el exterior desde la mirada de la madre.
|
||
Comienzo
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31
|
Apertura hacia la vida, nuevos comienzos, recepción de la madre.
|
|
41
|
Apertura hacia la vida, nuevos comienzos, recepción del padre.
|
A continuación te expongo el significado de cada diente, indicando en primer lugar el nombre por el que es conocido, al que sigue su nombre simbólico y por último el número que
ocupa
en las arcadas. Las patologías a las que me refiero en las descripciones
incluyen cualquier problema que se de en la pieza: sarro, caries, fractura,
agenesia, corona, extracción, endodoncia, absceso, implante.
Los
incisivos hablan de mi imagen y de cómo me veo, expreso, hago con respecto
a mis relaciones. Recordemos que es la función del verbo la que nos diferencia
del reino animal.
Los
superiores son los dientes que reciben
más atención por mi parte pues a través de ellos me muestro al mundo
y, de acuerdo a la imagen que ofrezca, así será la manera en que los otros me
vean. Estos dientes muestran mi personalidad: mi luz, pero también mi
sombra (miedos, angustias, aversiones, traumas, tristezas…). El 11 hace
referencia a cómo me he construido desde la mirada de mi padre, el 21
desde la mirada de mi madre. Las patologías aparecen ante las situaciones
en las que me siento herida (ego) y pierdo mi autoestima.
Los
inferiores se relacionan con mí parte más frágil y
vulnerable que procuro mostrar tan sólo con los míos. El 31 hace referencia
a cómo mi madre me recibió al nacer, y el 41 a cómo lo hizo mi
padre. Las patologías evidencian mis heridas y miedos más
profundos, como puede ser el temor a morir por no haber sido atendido o
sentirme rechazado.
También
el 11 y el 21 representan, respectivamente, al rol paterno y al rol materno. El diastema o
separación entre los dientes es considerado un signo de sufrimiento de
adaptación. Cuando ésta aparece entre los dientes 11 y el 21, nos muestra
la separación que existió entre un padre y una madre en nuestro árbol, teniendo
en cuenta que también puede darse si ha habido una interposición de algún
individuo en la unión de los padres. El hecho de que la persona lo muestre
también indica que, o bien ella ha vivido o está viviendo el mismo conflicto, o
bien lo ha vivido con sus padres.
Cuando
haya una fractura en forma de “Ʌ” en
el 11 y el 21, se tendrá en cuenta cuál es la relación entre el padre y la
madre. Si la fractura es incisal (= horizontal) habla de la necesidad de romper
un vínculo con una fuente dominante; si se trata del 11 sería mi posición en
relación a mi padre, si es el 21, mi posición en relación a mi madre.
Cuando la fractura sea lateral muestra el que “algo del progenitor ha
desaparecido”, del padre si es el 11, de la madre si es el 21.
Cuando uno
de los dientes aparece recto y el otro torcido, la memoria es de un padre y una
madre que se daban la espalda. Puedes hacer otras lecturas como, por
ejemplo, si el 21 está por encima del 11 veremos que hubo
una madre que estuvo por encima del padre, y de la misma
manera si sucede a la inversa.
Incisivo
lateral
|
Comunicación
|
12
|
Facilidad para expresarme con mi padre
de igual a igual.
|
22
|
Facilidad para expresarme con mi madre
de igual a igual.
|
||
Relación
|
32
|
Cómo me relaciono con mi madre.
|
|
42
|
Cómo me relaciono con mi padre.
|
Continuamos
con los incisivos laterales que, al igual que los centrales, hablan de mi
imagen y de cómo me veo, expreso, hago con respecto a mis relaciones.
Los
superiores tienen que ver con la comunicación. Tienen
que ver por tanto con el sentirme bien, a busto conmigo mismo, satisfecho,
cómodo en mi manera de expresarme hacia el exterior. El 12 es mi comunicación
con el padre, de igual a igual; el 22 mi comunicación, también de igual a
igual, con mi madre. Las patologías en estos dientes suceden si es que
siento que no puedo comunicarme o expresarme tal y como deseo.
Los inferiores
hablan por entero de cómo me relaciono con las personas de mi entorno más
cercano, allá donde se crea el escenario para manifestar mis secretos así como
mis sentimientos más profundos hacia ellos. El 32 corresponde a la relación con
mi madre; el 42 con mi padre. Las patologías en estos dientes manifiestan
por tanto la carencia de mi relación con el padre y/o la madre (reales o
simbólicos), y que incluye desde una disminución en el contacto hasta el
completo abandono.
El
12 y el 22 son los dientes de la comunicación, tanto del lenguaje verbal
como del no verbal. Representan la capacidad de expresarse de igual a
igual.
Cuando
presenta agenesia
(falta de formación o de desarrollo) en el 12 y/o el 22, la memoria que expresa
es la de despotismo y dictaduras del padre o del árbol paterno, y/o de la madre
o árbol materno, respectivamente.
Si
el 11 está por encima del 12, la lectura es la de sentirme bajo la dictadura de
un padre déspota; si está apuntando hacia afuera indica que considero que “el
otro es más importante que yo”.
Cuando
he vivido la falta de protección de la madre o me he tenido que proteger de
ella, aparece una patología en el 32; si esto mismo es en relación al
padre lo hace en el 42.
Los
dientes 31, 32, 41 y 42 (incisivos inferiores) gestionan las necesidades
(“quiero que me quieran”) y necesitan de los 11, 12, 21 y 22 (incisivos
superiores) para obtener su significado.
Colmillo
o Canino
|
Voluntad
|
13
|
Firmeza en mis propósitos frente
al proyecto del padre.
|
23
|
Firmeza en mis propósitos
frente al proyecto de la madre.
|
||
Orígenes
|
33
|
Memorias heredadas de mi familia
materna.
|
|
43
|
Memorias heredadas de mi clan
paterno.
|
Estos
dientes manifiestan tanto mi origen como mi voluntad. Los colmillos representan
mi defensa sobre mis posesiones y, por supuesto, sobre mi propia vida; gracias
a ellos puedo protegerme del predador (biológicamente
hablando). Unos buenos colmillos me hacen sentirme seguro y fuerte y es la
mejor manera de mantener alejado al enemigo.
Los
superiores representan mi voluntad y mi potencia
para conseguir mis objetivos. Voluntad es mantener en mi vida constancia,
certeza, firmeza y tenacidad interior. Mirar sin miedo hacia el futuro desde un
presente consciente, sorteando cualquier obstáculo que se interponga en mi
camino. El 13 se relaciona con persistir en mi voluntad frente a los
proyectos de mi padre, el 23 en cuanto a los proyectos de mi madre. Aparecerá
cualquier tipo de patología si mi voluntad pierde fuerza, si me doblego ante
las reglas preestablecidas o si me incapacito para asumir mi poder personal
para dirigir mi vida.
Los
inferiores manifiestan los recursos recibidos a
través de mis antepasados, mi fuerza vital heredada, mi ahínco para seguir
adelante, mi firme posicionamiento en la defensa de mi territorio. El 33 es en
relación a la herencia de la familia materna; el 43 la herencia del clan
paterno. Las patologías me indican mi inconformidad con las herencias
recibidas (creencias, costumbres, tradiciones…).
Unos
colmillos redondeados hablan de sometimiento, falta de coraje y voluntad,
mientras que los que son finos y puntiagudos representan, en la otra polaridad,
el afán casi primitivo de alcanzar los retos pasando por encima de todo y de
todos. En los dos casos manifiestan una profunda desvalorización.
Cuando
el 43 no está recto, las memorias son de caída real o simbólica , como por ejemplo de ruinas, la pérdida de tierras, casa, y
también de recuperar una propiedad.
Cuando
el colmillo definitivo aparece y el de leche no se ha caído aún, buscaremos una
memoria transgeneracional de un niño que ha tenido que ser mayor demasiado
pronto.
El
canino incluido o canino ectópico en horizontal evidencia memorias de sumisión
/ violación; cuando está en vertical las memorias son de derecho de pernada
(derecho que ejercían los señores feudales para tomar a sus siervas el día
en que se casaban) y/o de rechazo a las tradiciones.
Primer
premolar
|
Audacia
|
14
|
La audacia que veo y reconozco en mi
padre.
|
24
|
La audacia que veo y reconozco en mi
madre.
|
||
Metamorfosis
|
34
|
Aceptación de los cambios. La
sexualidad desde la mirada de mi madre.
|
|
44
|
Aceptación de los cambios. La
sexualidad desde la mirada de mi padre.
|
Todos
los premolares aparecen en la etapa de la adolescencia y no son sustitutivos de
ningún diente de leche, es decir, son exclusivos del adolescente. Están
asociados a lo emocional y nos dan la verticalidad entre el cielo
(padre) y la tierra (madre), el equilibrio de nuestro corazón. Estos
dientes muestran la evolución de mis decisiones en el periodo de la gran
transformación interior, la aceptación de los cambios y el paso hacia la
madurez.
Los
superiores representan la audacia que tengo para
enfrentar lo desconocido, siendo el 14 la audacia que veo y reconozco en mi
padre, y el 24 la que veo y reconozco en mi madre. Mi capacidad para enfrentar
objetivos, retos, hacer proyectos y transformar mi vida. Las patologías en
estas piezas me muestran una desvalorización conmigo mismo ante mi negativa a
mostrarme tal y como soy y reconocer a mi guerrero interior. No me permito
salir de lo establecido, rebelarme, cambiar.
Por
su parte, los inferiores
definen mi aceptación ante los cambios físicos por los que atraviesa mi
cuerpo. Representan mi sexualidad y sensualidad en relación a mi feminidad o
masculinidad. El 34 habla de cómo vivo mi sexualidad tal y como la recibí de mi
madre, el 44 tal y como la recibí de mi padre. Se verán afectados
si manifiesto repulsión hacia mi cuerpo, mi sexualidad y/o mi sensualidad,
o hacia los placeres que obtenga de ellos.
Segundo
premolar
|
Discernimiento
|
15
|
Mi emancipación del padre.
|
25
|
Mi emancipación de la madre.
|
||
Afirmación
|
35
|
Auto-afirmación en lo que yo quiero
frente a la madre.
|
|
45
|
Auto-afirmación en lo que yo quiero
frente al padre.
|
Los
segundos premolares evidencian las separaciones así como nuestras
dependencias a todos los niveles.
Los
superiores hablan de mi capacidad para liberarme
de las creencias familiares y cortar de esta manera con el vínculo paterno (el
15) y materno (el 25), y forjar de esta manera mi propia identidad. Las
patologías devienen de anularme en mi decisión de emanciparme intelectual
y emocionalmente, de relegarme a un segundo plano o de incapacitarme en
decir no cuando realmente lo siento.
Los
inferiores manifiestan mi equilibrio
emocional en la separación, mi auto-afirmación en lo que yo
quiero para mí, contemplado hacia la madre si es el 35, o hacia el padre si es
el 45. Sufrirán cualquier tipo de lesión cuando aparezca la duda de si
esto es realmente lo que tengo que hacer, o no pueda concebir o asimilar
el alejamiento.
Los
premolares supernumerarios muestran la memoria de un gemelo evanescente.
Primer
molar
|
Padre
/ Madre
|
16
|
Yo ante la autoridad del padre. El
lugar que me ha adjudicado mi padre.
|
26
|
Yo ante la autoridad de la madre. El
lugar que me ha adjudicado mi madre.
|
||
Papá
/ Mamá
|
36
|
La seguridad afectiva y material que
recibo de mamá.
|
|
46
|
La seguridad afectiva y material que
recibo de papá.
|
La
pieza número 6 aparece sobre los seis años y no sustituye a ninguna otra,
siendo el primer molar permanente. Esta pieza hace el vínculo con el grupo a
través del padre y la madre; representa “la identidad biológica”.
Estos
primeros molares cargan por tanto con la memoria de nuestros primeros seis años
de vida, en los que la persona debiera haber recibido seguridad,
consideración y merecimiento, y que ahora devienen en saber cuál es en el
presente el lugar que le corresponde ocupar, así como saberse capaz de procurar
el alimento que necesita, ya sea este real o simbólico.
Los
superiores definen mis raíces así como el núcleo
familiar: mi origen, el sitio donde he nacido y crecido, el lugar que he
ocupado en mi familia, el alimento real y afectivo recibido, mi pertenencia,
la seguridad en el entorno familiar. El 26 soy yo ante la
autoridad de la madre, y el 16 yo ante la autoridad del padre, así como del
lugar que cada uno de ellos me hanadjudicado. Marcan “lo imposible”, haciendo
que el deseo se convierta en sueño. Estas piezas se ven afectadas cuando no se
ocupan de mí, cuando ha habido ausencia o sobreprotección por parte de los
padres, injusticias, desmerecimientos, castigos, enfrentamientos….
Los
inferiores representan a mis padres simbólicos
que, al cubrir mis necesidades tanto materiales como afectivas, me aportan
seguridad. El 36 habla de la seguridad afectiva y material que recibo de mamá,
y el 46 de la que recibo de papá. Las patologías muestran la ausencia de
seguridad y el temor de no disponer del afecto y/o la economía que necesito.
Segundo
molar
|
Transgresión
|
17
|
Yo contra las normas del clan. Me
desenvuelvo en la sociedad desde lo que he recibido de mi padre.
|
27
|
Yo contra las normas de la
familia. Me desenvuelvo en la sociedad desde lo que he recibido de mi madre.
|
||
Unión
|
37
|
La confianza con mi madre.
|
|
47
|
La confianza con mi padre.
|
Aparecen
sobre los doce años a la par que las hormonas sexuales. Representan la fase de
la autonomía del pensamiento y la aparición del conflicto contradictorio entre
cuerpo y mente, “si pienso diferente quedaré excluido del clan”. Estas muelas
cargan con la memoria de nuestros doce primeros años, y se relacionan con mi realización
en la sociedad, atendiendo a mi capacidad para ocupar un lugar en ella
(laboral, familiar, relacional…).
Los
superiores manifiestan mi actuación contra
las leyes, normas y costumbres familiares así como mi desenvoltura en la
sociedad: mi apertura, confianza y apoyo tanto en el dar como en el recibir. El
27 desde lo recibido por mi madre, el 17 desde lo recibido por mi
padre. Las patologías en estas piezas pueden aparecer si
siento que no pertenezco al clan, si soy un excluido, si desconfío de los
otros o los otros desconfían de mí… “he de salir por mí mismo de esta
situación”, “nadie me ayuda”.
Los
inferiores representan a mis seres más
allegados (pareja, buenas amistades…), aquel o aquella persona en la que confío
plenamente; el 37 con relación a la madre real o simbólica, el 47 con relación
al padre. Las patologías representan engaños, traiciones y/o decepciones
en este tipo de relaciones.
Es
importante remarcar que los programas transgeneracionales heredados se reflejan
muy especialmente en las raíces, por lo que tendremos en cuenta si están
juntas, una por encima dela otra, hacia atrás, etc…
Cuando
las raíces del 17 están soldadas hay una memoria de exilio. Cuando las raíces
del 37 están juntas muestran la memoria de muerte de una mujer en el parto;
también la forma de la raíz de esta muela nos habla de la memoria de un
gemelo perdido o del nacimiento de un hijo de sexo contrario al deseado.
Tercer molar
|
Juicio
|
18
|
Soy parte del Universo. Soy un ser
maduro. Soy un ser libre frente a mi padre.
|
28
|
Soy parte del Universo. Soy un ser
maduro. Soy un ser libre frente a mi madre.
|
||
38
|
Soy parte del Universo. Soy un ser
maduro. Soy un ser libre frente a mi madre.
|
||
48
|
Soy parte del Universo. Soy un ser
maduro. Soy un ser libre frente a mi padre.
|
La
llegada de las conocidas muelas del juicio aparecen entre los
18 y 21 años marcando mi adultez, representan mi más completa individualización
(= “la totalidad de mí”), la justicia y autonomía, reflejan mi madurez y
sentido común en la toma de decisiones así como mi capacitación para sobrevivir
por mí mismo y hacerme cargo de mi propia familia. El hasta entonces yo
soy pasa a convertirse en el Yo Soy: Soy un ser libre, Soy parte del Universo,
Soy parte de la Unidad. Es mi deseo nacer a mi universo interior. Las
patologías en estas piezas delatan mi inmadurez y mi negación a hacerme
cargo de mi propia vida.
El
dolor físico que me aqueja con las salida de las muelas es directamente
proporcional al dolor emocional que me invade “pues si crezco, si dejo de
ser un niño, ya no estaré con papá y mamá”, por lo tanto habrá una gran
diferencia entre extraer las muelas siendo consciente de lo que me indica el
dolor (asumir que ha llegado el momento de abandonar el nido), a hacerlo sin
conciencia (rechazar rotundamente el hacerme adulto para seguir estando bajo las
faldas de mamá). Si el dolor aparece más adelante habré de mirar cuál es la
dependencia que me cuesta dejar.
Cuando
no sale la muela del juicio evidencia que tengo un gran miedo a morir.
La
madurez adquirida con la aparición de las muelas del juicio trae consigo
el dejar de temer los juicios, críticas y opiniones ajenas, y de la misma
manera la toma de conciencia de mis propios juicios, críticas y opiniones hacia
los otros… pues esto es, sin duda, lo que traerá a mi vida la más absoluta
libertad.
Algunas de sus patologías
Como vemos, cada patología dental
nos da una información concreta sobre lo que se está viviendo. Así, el hueso
basal manifiesta mi identidad, lo que “yo soy”; el ligamento
dental mis gestos, movimientos, lo que hago.
Los
abscesos periapicales hablan de la persona que se
convence de que “todo está bien”, para evitar entrar en sus emociones y
sobre todo a expresarlas. El granuloma
cuando la persona que, acostumbrada a negar un problema, se permite
relativamente a hacerlo. El quiste se
presenta si es que se retiene, controla y reprime el exceso.
El ángulo
mandibular está ligado a la vergüenza. Cuando la prognatia
(mandíbula se adelanta) sería, por ejemplo, el avergonzar a un padre por elegir
una profesión diferente a la suya o no continuar con el negocio familiar, es
decir, no seguir con el proyecto sentido que el padre deseó para él; en el
transgeneracional buscaremos memorias de vergüenza del jefe del clan. Cuando la
retrognatia (mandíbula no crece) es el
niño que molesta por no llega en buen momento, y en este caso podemos
buscar en el transgeneracional a la persona que quisieron esconder para
evitar la vergüenza, como pudo ser por ejemplo la jovencita que quedó
embarazada sin estar casada (“no debo molestar… mamá no existo, no te
preocupes”). Cuando la articulación está bloqueada
manifiesta la falta de articulación consigo mismo: la persona no se escucha, no
se oye, ligado en ocasiones a la manifestación de acufenos.
En
la mordida abierta el maxilar no alcanza la mandíbula; la
memoria es de padre no asignado. En la mordida de borde a borde el
mensaje es “para que puedas vivir te saco… de la familia (izquierda), del clan
(derecha)”. La sobre mordida nos habla de la pareja
parental (padre y madre), el hijo es el escaparate del éxito de los padres
(“este niño es para nuestra gloria”).
El apiñamiento
que da lugar a malposiciones dentarias,
provocando la pérdida de la verticalidad de las piezas, evidencia el sentir que
se ha perdido el sentido de la vida, y/o que se vive bajo la voluntad de los
otros. El diente invaginado
guarda un secreto familiar; es el rastro del “no dicho” heredado de un pariente
que marcó a la descendencia o a la madre en el periodo de embarazo.
Una
dentina imperfecta evidencia una memoria de un hijo rechazado en el
transgeneracional (“en el mundo no hay sitio para mí”).
Procuremos
antes de realizar cualquier operación en la boca investigar qué es lo que el
síntoma me quiere indicar. Por ejemplo, el empaste
sella las emociones ocultas y aísla a la persona de la vivencia que se
niega a soportar. No obstante, a través del lugar donde se encuentre el
empaste, se podrá llegar con perfecta precisión al tipo de emoción, el periodo
de la infancia donde ocurrió así como el padre con el que se tuvo
la experiencia conflictual. Por su parte, el implante es
un engaño si no estás preparado a recibirlo, hacerse implantar sin haber tomado
conciencia es un combate contra uno mismo.
Los
puentes representan la necesidad de aferrarse a
algo o a alguien para sentirse más fuerte; los dientes vecinos a los que se
fija el puente inmoviliza las facetas de la personalidad que corresponden a
esas piezas. La ortodoncia no
solo trata la malposición dental, sino también el inconsciente familiar
transmitido por la genealogía.
Por
último, la caries es
la gestión de un sufrimiento inconsciente no resuelto. Cada caries nos invita,
en función de la zona dónde se localice, a investigar cual ha sido el conflicto
vivido teniendo en cuenta la faceta de la pieza en particular; así tenemos
que si la caries es de esmalte es “negarse a morder”, de dentina “rechazo
de la realidad”, incisal es “falta de aprobación”, oclusal “falta de confianza”,
mesial-distal “limitaciones”, lingual “lo interior”, vestibular “lo exterior”,
y de cuello “desvalorización”.
Emociones, órganos y
trastornos dentales
.
En
esta segunda parte dedicada a los dientes veremos cuál es la relación de cada
uno de ellos con los diferentes órganos. Puesto que nada de lo que vivimos es
circunstancial y todo tiene que ver con nosotros, tampoco es aleatorio el que
se dé una determinada y/o que se vea afectada una pieza dental en concreto.
En la boca se realiza la primera fase
del proceso de la digestión. Con los dientes y muelas mordemos, trituramos y
desmenuzamos los alimentos (=situaciones) que pasarán a formar parte de
nosotros, y por tanto son también éstos los que manifestarán nuestra manera
de percibir las diferentes circunstancias así como nuestra reacción ante ellas.
Los
dientes, a través de sus patologías, nos hacen saber de nuestros miedos y
emociones no expresadas, nos dicen qué está sucediendo en nuestra vida y qué
herida emocional está a la espera de ser sanada. Vivimos
en una gran escuela y por lo tanto venimos a aprender… a AMARNOS.
Cada persona, situación y experiencia despierta en nosotros emociones de
nuestra infancia que no supimos procesar en su momento, con el
fin de que ahora podamos trascenderlas.
Con
el objetivo de poder transmitirte mayor información sobre el tema que hoy nos
ocupa buceé por la red y di con dos excelentes exposiciones(1) que
han contribuido a la realización del escrito que te dejo a continuación.
Filosofía Oriental
Desde hace miles de años los orientales,
en especial los chinos, encontraron una relación directa y emocional entre las
diferentes partes del cuerpo, y detectaron asimismo que la energía
vital circula en él a través de unos canales específicos a los que
llamaron meridianos. Cada meridiano pasa por uno o más
órganos, por dos o más dientes, y se conectan con diferentes emociones.
Para
ellos la dentadura es el sistema mecánico que nos permite digerir adecuadamente
y así facilitar una mejor utilización de los principios esenciales. En oriente
se cuida la masticación realizando hasta 100 masticaciones antes de ingerir los
alimentos más sólidos, hábito que refleja su actitud paciente.
Los autores de La Enfermedad como afirman
que “una mala dentadura es indicio de que una persona tiene dificultad para
manifestar su ofuscación“.
Maxilar y mandíbula
El maxilar representa
nuestros deseos. En particular, el ancho y la alineación regular de los dientes
en el maxilar indican que la persona es capaz de expresar sus deseos
y, por tanto, no tiene problemas de comunicación. Por el contrario, el
maxilar estrecho con incisivos y caninos con mordida anterior cruzada (prognatia y retrognatia),
indica que se trata de alguien pasivo con quien la comunicación es más
difícil. La prótesis maxilar
total hace referencia a una gran dificultad para expresar los deseos y
sentimientos.
La mandíbula
representa nuestras acciones. La barbilla es un símbolo de energía y voluntad.
El
cuadrante derecho está relacionado principalmente con el futuro y el izquierdo
con el pasado.
.
.
Incisivos, los primeros
dientes
Estos
son los primeros dientes que aparecen en el ser humano: entre los 6 y 8 meses
salen los incisivos inferiores centrales, los superiores centrales y los
laterales superiores e inferiores, por ese orden. Según los orientales estos
dientes están relacionados con los meridianos
del riñón y la vejiga. El riñón es el órgano de la
convivencia y nos conecta con nuestra capacidad de compartir nuestras luces y
sombras con los demás.
Los
incisivos centrales superiores (nº 11 y 21) representan las figuras masculina y
femenina, respectivamente, siendo el padre el incisivo central
superior derecho, y la madre el izquierdo. Las personas con un incisivo central
superior izquierdo prominente (a menudo apiñado) han tenido y tienen en su edad
adulta una influencia materna mucho más pronunciada que la paterna y a la
inversa. Si los dos incisivos están alineados
simétricamente, significa una influencia equilibrada de ambos padres.
Los diastemas
(separación entre incisivos centrales superiores) aparecen en
personas cuyos padres, a pesar de vivir juntos, llevan vidas
separadas. Asimismo, estas personas suelen tener dificultades en su
relación de pareja.
Los incisivos centrales inferiores (nº
31 y 41) representan la importancia de los padres del sujeto en su vida
diaria.
Los
incisivos laterales representan el temperamento y sus reacciones con los
arquetipos (la actitud hacia los padres).
La macrodoncia
(dientes más grandes de lo normal) de estos dientes refleja un deseo de tener el
propio espacio y vencer el estado de estrés que provoca la relación con los
miembros de la familia. Este proceso se agrava cuando el niño o niña se
encierra en su mundo interior lleno de temores, bloqueando la glándula pineal o
epífisis. Esta sintomatología se observa fácilmente en los niños que tienen
pesadillas y dificultades para conciliar el sueño y que, normalmente de forma
paralela, temen la relación con el exterior.
Los
incisivos son la imagen que mostramos al mundo y
dejan entrever nuestra fuerza para expresar nuestras ideas y masticar nuestras
experiencias, además de avisar sobre nuestra correcta o no posición de la
mordida. Los animales enseñan los incisivos para mostrar su poder. Las personas
con incisivos centrales sobresalientes, en muchos casos, ocultan cierta
carencia de arrojo.
La protrusión
(dientes hacia delante) en un incisivo lateral superior derecho (diente 12)
significa que se trata de una persona capaz de defender su libertad individual
dentro del núcleo familiar, algo que por lo general crea una disputa con el
padre. De forma similar, en el lado izquierdo (diente 22) indica oposición a la
madre. Si los dos dientes nº 12 y 22 están en protrusión y superpuestos a
los incisivos centrales, la persona tiende a “tener ventaja” sobre sus padres.
Por
el contrario, la retrusión
(dientes hacia atrás), la microdoncia
(más pequeños de lo normal) o anodoncia
(dientes que no están) de estos dientes es indicación de la subordinación tanto
a la familia como a la sociedad.
Caninos o colmillos, los
últimos en aparecer
Estos
dientes están regados por los meridianos del
hígado y la vesícula biliar. A través del hígado nos vinculamos a
nuestros afectos o nos sentimos afectados por todo aquello que no cumple con
nuestras expectativas. El hígado es un órgano que se deleita en los
sabores, los colores, los ritmos y todo aquello que le hace disfrutar de una
vida relajada y sin privaciones.
Por
su parte, la vesícula biliar muestra la cólera cuando se siente rechazada o se
le exige en exceso. Los arrebatos coléricos se producen cuando hay mucha
tensión o inestabilidad emocional debida a cierta dificultad para aceptar las
diferencias y la diversidad.
Los
caninos son los dientes que más tardan en aparecer en la dentadura definitiva
(entran en erupción en épocas de gran crecimiento y al comienzo de la
adolescencia); poseen las raíces más largas de la dentadura y también son los
más sólidos. Los caninos generalmente se perciben como un símbolo
de vitalidad y superioridad.
El canino
superior derecho (nº 13) representa una
personalidad abierta, exterior; el izquierdo (nº
23) muestra la actitud hacia el cambio. El canino
inferior derecho (nº 43) es una expresión de lo
que queremos lograr hacia el exterior; el izquierdo (nº
33) es un reflejo de la transformación que se está dando en nuestro interior.
Primeros premolares
Representan
nuestros deseos y nuestro ser, que puede resumirse en las palabras “yo
quiero”. El primer
premolar superior derecho (nº 14) representa la imagen
exterior que quisiéramos proyectar y el izquierdo
(nº 24) nuestros deseos emocionales.
El primer
premolar inferior derecho (nº 44) refleja la capacidad de hacer
realidad nuestras metas, y el izquierdo
(nº 34) nuestra capacidad de transmitir sentimientos y deseos en nuestro
entorno.
La
autora del libro titulado “Quand le dents se mettent à parler” (Cuando los
dientes hablan), Dra. Michèle Caffin, menciona que las extracciones de los
primeros premolares debilitan el sentido de sí mismo, y que los niños a los que
se les extraen tienden a someterse fácilmente a figuras de autoridad.
Segundos premolares
Los
segundos premolares se pueden describir con la frase “quiero
crear” o por el término “nuestro ego
creativo”. El segundo premolar superior derecho
(nº 15) representa nuestro desarrollo en el mundo exterior, nuestros hijos y
aficiones, y el izquierdo
(nº 25) nuestras habilidades naturales.
El segundo
premolar inferior derecho (nº 45), de forma similar al primer
premolar adyacente, refleja la capacidad de hacer realidad nuestras metas,
sobre todo a nivel profesional; el izquierdo
(nº 35) indica la asimilación de la energía materna en nuestra vida. En
este último, cuando el diente de leche no cede su espacio al siguiente, indica
una situación en la que el niño no quiere, o no puede, madurar y convertirse en
adulto. Tras ello está a menudo la influencia de una madre dominante.
Primeros molares
Los
primeros molares están estrechamente relacionados con el estado que deseamos,
tanto en la sociedad como en la familia. El cumplimiento de los ideales para
mejorar nuestra posición en la sociedad está vinculado a los maxilares y a los primeros
molares derechos (nº 16 y 46), que reflejan
nuestra vida profesional y éxitos.
Los
primeros molares izquierdos (nº 26 y 36) manifiestan la expresión
de nuestros sentimientos, algo que se reprime a menudo en la sociedad actual.
Estos molares hablan de nuestro deseo de ser amados, dientes que se
restauran a menudo y, desgraciadamente, desde muy temprano.
Segundos molares
Reflejan
nuestra relación con el mundo y, en particular, con nuestros parientes más
cercanos. Los dos segundos molares derechos
(nº 17 y 47) revelan, mediante su estado y alineación, las circunstancias
ordinarias de la vida diaria. Situaciones recurrentes a largo plazo, a menudo
consideradas triviales en nuestros contextos, que nos molestan pero que no
somos capaces de cambiar.
Los
segundos molares izquierdos (nº 27 y 37) indican la armonía de
las relaciones con nuestra familia. Recordemos que los dientes, al igual que lo
hace el resto de nuestro cuerpo, reflejan circunstancias vitales de la
percepción subjetiva de la persona en cuestión.
Terceros molares o muelas
de juicio
Son
regados por los meridianos del corazón e intestino delgado. Expresan la energía
individual de la persona. El tercer molar superior derecho
(nº 18) corresponde a nuestros esfuerzos para contactar con el mundo material y
espiritual; el izquierdo
(nº 28) representa el temor al rechazo de estos dos mundos.
Los
terceros molares inferiores (nº 38 y 48) son un magnífico barómetro
de nuestra energía física, y desempeñan un papel importante en el balance de
energía de todo el organismo.
La vida tiene su principio
y su final en ti
.
“Atrapar el bocado”,
instinto de supervivencia
.
A
estas alturas ya te has dado cuenta de que unos dientes sanos no tienen nada
que ver con una higiene correcta, sino que los problemas dentales manifiestan,
al igual que lo hace el resto de nuestro organismo, un desacuerdo entre lo que
pienso y lo que siento, con lo que finalmente digo o hago.
La
boca en general y los dientes en particular, se
relacionan biológicamente con:
- Atrapar el bocado (real o simbólico): Personas, situaciones o ideas que queremos y no podemos atrapar, pero también aquellas otras que nos hemos visto obligados a tomar.
- Mantener el bocado: Personas, situaciones o ideas que, una vez atrapadas, no logramos triturar para a posteriori ser tragadas y asimiladas.
- Defensa: Ante el peligro reconsidero lo que es más ventajoso para mí, y entonces habrá ocasiones en las que decidiré atacar (=“enseño los dientes”), y otras en las que quizá la mejor solución sea tan solo impresionar al enemigo.
- Protección: Los dientes se erigen como la frontera (=“aprieto los dientes”) de nuestro territorio; podríamos decir que voy a considerar como mío todo lo que haya de dientes (y boca) para adentro, y como impropio lo haya en el exterior.
- Imagen: La estética de los dientes es tomada en cuenta porque en cierta forma me muestra al mundo con todo lo que yo soy, y de la misma manera dejaré entrever mis dientes en virtud de cuál sea mi estado de ánimo (enfado, desconsideración, alegría, preocupación…).
Patologías frecuentes
Esmalte
El
esmalte se ve dañado cuando, ante un ataque, me
niego el derecho a mostrar mi agresividad (= morder) por
miedo a ser excluido del grupo: callo hacia fuera, juzgo y condeno
hacia dentro.
Dentina
Si
lo que se afecta es la dentina, entonces nos encontramos frente a una situación
conflictual de mayor grado de intensidad. En este caso he de mirar dónde
o con quién me he sentido en un gran peligro, unido a un sentimiento de
profunda impotencia y desvalorización por no haber conseguido
quedar como el ganador.
Flemón
Deviene
de la inflamación (= rabia contenida) producida por la infección de las encías
(sobre todo), y que se da tras resolver una situación en la que nos
hemos sentido incapaces de tomar la decisión que deseábamos, o de
no haber podido mantenerla, si es que la pudimos tomar.
Precisamente, el sentido biológico de la infección es expulsar la traba
(persona, situación o idea) que me impedía el hacerlo.
Dolor
El
dolor siempre aparece tras haber resuelto una situación; en este caso se trata
de un conflicto vivido con gran desvalorización por no
haber sido capaz de expresar mis necesidades,
de ser escuchado y respetado. Quiero mostrarme, enseñar los dientes, tal
y como te decía anteriormente, pero me cohíbo.
Cuando
este tipo de dolor se vuelve habitual, nos encontramos frente a una
persona poco resolutiva en la toma de decisiones. Si rascamos un poco más
encontraremos que hay una resistencia a asumir la propia
responsabilidad así como temor
por las consecuencias que la elección pueda generar.
Sarro
El
sarro actúa sobre el diente como una segunda capa; su sentido biológico, por
tanto, es la de protección (de acuerdo a la lectura de la pieza en cuestión).
El
sarro aparece cuando la persona se siente indefensa, o
necesita proteger la vulnerabilidad de otro, por no poder atacar o atrapar
el bocado.
Posición
Cuando
un diente va hacia delante
significa que hay una necesidad de acelerar, de la misma manera que se necesita
frenar cuando va hacia atrás.
La caída de
una pieza nos habla del miedo a mostrar, a dejar ver.
El diente
incluido desvela que hay un secreto, algo que se
desea esconder y al mismo tiempo duele el no expresarlo.En
todos los casos hacer la correlación con la lectura de la pieza en cuestión.
Afta
Las
aftas tienen una interpretación diferente de acuerdo a si su aparición es en
niños o en adultos.
En los niños la connotación es de
separación o,
lo que es lo mismo, de contacto impuesto;
situaciones donde no pueden estar con el bocado deseado (por ejemplo, el pecho
de mamá), o bien cuando se ve obligado a ingerir un bocado que no quiere
(comida real o simbólica).
En
los adultos las aftas pueden manifestarse,
aparte del conflicto de no poder atrapar el bocado, cuando no
expreso lo que siento realmente por temor a romper con la imagen que los demás
tienen de mí. Es fácil que en lo transgeneracional encontremos secretos familiares (normalmente
de cariz sexual) de los cuáles es mejor no hablar.
Si
el afta aparece en la mejilla izquierda se
relaciona con conflictos familiares, si lo hace en la derecha
con la profesión, en ambas mejillas
con la verdad que he de callar. En la lengua
con la verdad que prefiero callar. En el labio inferior
con el no expresar por temor a perder el bocado.
Encías
Como
las encías tienen una relación directa con la comunicación, las patologías que
se den en ellas nos hablan de situaciones en las que nos desvalorizamos si nuestras
palabras no son tenidas en cuenta, siento que a nadie le importa si digo
o callo.
La
inflamación de la encía, llamada gingivitis,
expresa la rabia que he sentido cuando lo que he dicho no ha sido comprendido.
Biológicamente, la gingivitis se vincula a un conflicto de:
- Necesidad de atrapar el pedazo (entendido como la palabra o comunicación) y/o de expresar (= soltar)el pedazo.
- Ataque: Cuando alguna persona traspasa mis fronteras y no respondo por sentirme en inferiores condiciones.
- Defensa: Cuando, al contrario que lo anterior, mis palabras no tienen la suficiente fuerza para atravesar las fronteras del otro, o éstas no han sido bien recibidas.
Por
otra parte, el sangrado de encías puede
hablarnos de nuestra duda e indecisión,
de nuestro desacuerdo
con la elección que nosotros mismos hemos tomado, y/o de nuestra pérdida
por la alegría de vivir, todo ello relacionado con la
comunicación.
Lengua
Entre
otros conflictos, la lengua se afecta cuando hemos vivido una situación
de impotencia (puesto que la lengua es un músculo) por
no haber conseguido atrapar el bocado.
Bruxismo
Se
conoce como bruxismo al rechinar de los dientes, y su conflicto biológico tiene
que ver con la obligación de mantenerse callado.
El
motivo de que normalmente este síntoma se manifiesta por la noche es
porque el sueño nocturno nos procura una liberación de aquello que hemos ido
reprimiendo durante el día; en este caso se trata de una contención
excesiva de tensión y rabia ante el impedimento de manifestar lo que nos
perturba.
Desde
lo bio-emocional, la sabemos que si estudiamos lo transgeneracional de
esta persona es fácil que en él encontremos secretos familiares, incestos e
incluso fantasmas con los que esté relacionado, que vienen a decirnos que “el
placer está prohibido”.
Tendremos
también en cuenta que podrá manifestar bruxismo la persona qué se ve persuadida
por la autoridad (real o simbólica) de mantener la boca cerrada durante el día.
.
Tú decides lo que quieres
dejar entrar y salir de ti
Mari Angeles Camara / volviendoanacer.es
(1) Fuentes: Odontología Holística (Xananatura) y Los dientes como espejo de nuestras emociones (Stanislav Cícha).
(2) En la tercera parte de los artículos dedicados a los dientes encontrarás mayor información al respecto.