Un estudio reciente dirigida por un equipo de investigadores norteamericanos sobre ratas, demostró que eventos traumatizantes podían tener una influencia sobre sus genes, y tener una influencia sobre el cerebro y el comportamiento de su descendencia.
Experiencias
hechas sobre ratas por un equipo de investigadores de la Universidad de
Atlanta, pusieron en evidencia el hecho que eventos traumatisantes provocaban modificaciones
sobre el ADN observado en su esperma, y tener efectos sobre el cerebro y el
comportamiento de generaciones siguientes (aquí).
De acuerdo al Profesor Marcus Pembrey, del University
College London, estos descubrimientos son transponibles al hombre. ¿Puede
nuestro ADN ser modificado por traumatismos ?
Pierre Roubertoux : Primero, notemos que este estudio esta bien construido y que por fin no se contenta observar el pelaje
de la rata, pero el sistema nervioso (neuronas y comportamiento).
Precisemos también que no es verdaderamente el ADN que se
modifica, pero la transcripción de los genes.
Lo que impacta el funcionamiento de la célula, es la proteína. Se sabe que
un gran número de fenómenos que se sitúan a nivel del genoma, intervienen sobre
la transcripción. De tal manera que el genoma dirá al gen recibido de sus
padres, cosas distintas de las que se esperaba del gen de los genitores. Es lo que llamamos la epigénesis. Los factores que modifican otros genes
pueden ser modificados, a largo plazo, por nuestro entorno. El mecanismo
más conocido de la epigénesis es la metilación: la cromatina que contiene el
ADN será compactada, y mantenida en este estado por la misma metilación. Para
que se “descompacte”, otro mecanismo
interviene, el mecanismo de acetilación. Estos mecanismos pueden ser modulados
por el entorno.
¿Este estudio vienen
entonces a confirmar lo que se suponía ?
En efecto. Por ejemplo,
cuando se efectúa una transgénesis, se inserta generalmente el transgén en el
núcleo macho. Pero, aparece que a veces los transgenes no se expresan. Se
descubrió hace unos veinte años lo que pasaba: el genoma hembra impedía el gen
que provenía del padre de transcribirse, es decir, de ir hacia la proteína. Así
es como la información parental no es igual; generalmente es más favorable a la
transmisión de los caracteres de la madre más que del padre.
Otros estudios que se llevaron
demostraron fenómenos semejantes sobre el color del pelaje en las ratas. Se suponía que eso podría intervenir en la génesis de los
cánceres, y jugar también un papel sobre la morfología y el funcionamiento del
sistema nervioso central.
Gracias a este estudio, es la primera vez que el
efecto de la epigénesis se muestra de una manera tan evidente sobre el sistema
nervioso central.
¿Cuales son los efectos sobre nosotros los humanos?
En el síndrome de Angelman (enfermedad
neurogenética caracterizada por un déficit intelectual severo y rasgos dismórficos)
el disturbio resulta (3 % de los casos) de una disomía uniparental paterna.
¿Las fobias, manifestaciones de ansiedad y disturbios en
relación al estrés, podrían explicarse, en parte, por medio de la epigénesis?
Aun estamos lejos de poder
contestar a esta pregunta. Se demuestra aquí, por primera vez, una
manifestación de la epigénesis a nivel del gen, del cerebro y de algunos
comportamientos. Nos queda aun saber si esto puede jugar un papel sobre las
patologías mentales.
Existen algunas insuficiencias intelectuales para
las cuales un mecanismo epigenético fue invocado. No se puede aún confirmar la
herencia de los caracteres adquiridos.
¿ En que medida los resultados de este estudio vienen a
alimentar los debates sobre el determinismo? ¿ Hasta que punto somos construidos
por lo que nos ha precedido?
Somos influenciados
culturalmente. Pero, lo somos de múltiples maneras. Por ello, le citaré otro estudio quien puso en adelante un mecanismo
diferente pero que llego a un resultado similar. Ratas que vivieron carencia
alimentaria y que fueron sometidas a un estrés, aprendan con dificultades. Aun
si esta bien alimentada, su descendencia aprende con dificultad, y eso durante
dos generaciones. ¿ Que paso? Las
abuelas ratas, malnutridas no entregaron los cuidados suficientes a la
descendencia. De hecho, está ultima presenta
rendimientos cognitivos bajos. Pero, estas mismas ratas no saben dar
cuidados necesarios a los pequeños los cuales, por ello, aprenden mal. Linda
Crnic, quien realizo este estudio hace treinta años atrás, observa
consecuencias de las privaciones y del estrés infligidos a un rata durante tres
generaciones.
Los mecanismos genéticos o epigenéticos no son los únicos
que nos ayudan a recordarnos de nuestros ancestros!
Pierre Roubertoux es profesor de genética y de neurociencias en Marsella (Francia). Creo y
dirigió el "Génétique,
neurogénétique, comportement" del CNRS y trabajo en el Laboratorio “Genómica funcional,
comportamientos y patologías” del CNRS de Marsella. Hoy en día lleva sus investigaciones
en el Laboratorio de Genética Médica del Inserm. Con sus trabajos sobre el
descubrimiento de genes en relación con comportamientos, obtuvo el premio Theodosius
Dobzhanskyen los EE.UU.
www.atlantico.fr
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