Un nuevo estudio científico
¿Somos lo que somos o lo que
fuimos?
¿Somos lo que fuimos o seremos lo que somos?
Itziar Azkona
Un nuevo estudio científico descubre que nuestro
ADN transmite información de experiencias de miedo y de estrés de generación en
generación. Estamos más cerca de demostrar que la “memoria” de
nuestros antepasados sobrevive a través de nosotros. Veamos cómo lo han hecho:
Investigadores de la la Universidad de Medicina Emory en Atlanta entrenaron
a ratones a tener miedo al olor de un cerezo en flor usando shocks
eléctricos impidiendo que en ese período de entrenamiento pudieran criar.
Una vez que criaron, su descendencia mostró las mismas respuestas de miedo al
cerezo en flor, reacciones muy diferentes a otro tipo de olores y todo ello sin
haberlos experimentado anteriormente. Siguientes generaciones mostraron el
mismo comportamiento. Este comportamiento se mantuvo incluso en los casos de
descendencia a través de la inseminación artificial.
Los investigadores descubrieron cambios estructurales en las áreas que
detectan el olor tanto en los cerebros de los ratones entrenados como en los
cerebros de sus descendientes. El ADN de los animales también presentaban
cambios químicos conocidos como “epigenetic methylation”, en el gen
responsable de detectar el olor. Esto sugiere que la experiencia, de alguna
manera se traslada del cerebro al genoma, permitiendo así, que ésta pase a
generaciones posteriores.
Los investigadores esperan ahora llevar a cabo más estudios para entender
cómo la información llega a ser almacenada en el ADN en un primer momento y
también más estudios para saber si lo que ocurre entre ratones se puede
trasladar a los seres humanos. Si esto es así, podriamos estar hablando de
explicar muchas de las respuestas “irracionales” del ser humano como las
fobias.
Según el TELEGRAPH ( 01 Dec 2013), el Doctor
Brian Dias, del departamenteo de Psiquiatría de la Universidad de Emory dijo: ”Desde
una perspectiva traslacional, nuestros resultados nos permiten apreciar cómo la
experiencia de un padre o madre, incluso antes de concebir, influyen
marcadamente ambas la estructura y la función en el sistema nervioso de
generaciones siguientes”.
El estudio muestra importantes consecuencias en el entendimiento y en el
tratamiento de los miedos, las fobias, etc, ya que su origen puede ubicarse más
allá, incluso de la fase de embarazo y aunque muchos terapeutas ya estamos trabajando con sobre esta realidad,
el hecho de que existan estudios científicos son un marco que lo baja de lo
“paranormal” a lo “normalizado” y eso, siempre, es un importante respaldo.
Pero me gustaría ir más allá. Mientras leía el artículo sobre este nuevo
descubrimiento se me ocurría pensar… ¿y si esta es la explicación a la reencarnación? Llevamos años,
siglos y milenios enzarzados en esta discusión eterna sobre si reencarnamos o
no. Y, para mí, está más que claro que todos tenemos razón pero que no nos
ponemos de acuerdo porque los que dicen que no, hablan de una cuestión y los
que decimos que sí hablamos de otra. Como ocurre en la mayoría de las
discusiones.
Cuando discutimos parece que hablamos de varias posturas diferentes sobre
un mismo tema, cuando en realidad hablamos de la misma postura desde varios
planos diferentes. Pero me explico un poco más concretamente dejando claro que
hablo de hipótesis y que simplemente estoy elucubrando en alto y compartiendo,
sin más prueba científica que lo que me digo a mi misma.
Si este estudio sigue avanzando en la misma línea, es decir, que llega a
comprobar que esto también ocurre en humanos, podría llegar a indicar que la
reencarnación física de cuerpo a cuerpo, vida tras vida, tal y como ahora mismo
todos nos la podemos imaginar, desde nuestra mente limitada, no existe. Sin
embargo, podría demostrar otro tipo de reencarnación.
A mí el estudio me sugiere que si “cierta información” sobre
la vivencia y experiencia de mis ancestros, cada uno con su vida, se ha
transmitido, a través del ADN, desde ellos hasta mi y desde mi hasta las
siguientes generaciones, me está indicando que la reencarnación existe pero
entendida de manera muy diferente, más bien metafórica.
Habría “una memoria” en mi árbol genealógico que ha
sobrevivido desde siempre hasta hoy y que marca mi experiencia hoy.
Evidentemente, algo que yo puedo cambiar y transformar a partir de mi propia
experiencia pero, desde luego, influida desde antes, incluso, desde antes de mi
nacimiento. Si quien reencarna es la información o una memoria, vida tras vida
de los descendientes de una saga familiar, ¿no creen entonces que todos tenemos
razón? ¿Podría ser el alma “una
memoria” o “cierta información”?
Cuando mi cuerpo muere yo muero y no renazco. Pero una parte de mi sigue
viva en la genética de mis descendientes, y no sólo el gen que marca la
enfermedad o el rasgo físico, sino aquel que vivió tal experiencia, buena o
mala, traumática o feliz, del tipo que sea.
Así que al final, quizás, resolvamos la cuestión de la reencarnación
encontrando un lugar común en la manera de enfocarla, tanto de los que dicen
que no, como de los que dicen que sí y dicho esto, dejaríamos de discutir.
Y al dejar esto marchar podríamos entonces centrarnos en lo que, para mi es
un debate mucho más interesante. Si
heredamos la memoria de las experiencias de nuestros antepasados ¿para qué la
heredamos? Al negar la reencarnación desde lo físico y material negamos la
posibilidad de esta pregunta. ¿No podría ser que si heredamos experiencias de
nuestros antepasados es para seguir con el aprendizaje que ellos iniciaron? Si
es una experiencia feliz, para contar con el recurso que nos diera su
experiencia positiva. Y si fue una experiencia no feliz, para trascenderla
hasta que lo sea.
Estaríamos hablando de crecimiento y de evolución. Da igual si el cuerpo
vuelve o no, si hay un alma que entra en otro cuerpo o no, si yo misma una y
otra vez, o si es mi bisabuelo o biznieto cada uno en su vez. Lo que sí parece
estar más claro científicamente como posible es que “cierta información
de la vida anterior” sobrevive generación tras generación” y esto ya
puede implicar cierta diferencia en la forma de enfrentarnos a nuestra propia
vida a partir de hoy.
Eso sí con su consecuente dualidad. Heredo y por eso soy así y me planto
desde el determinismo. O más bien heredo, aprendo, trasciendo y evoluciono
desde el libre albedrío. Yo elijo que siga siendo una cuestión de saber más quién
soy y más de donde vengo para decidir MEJOR a donde quiero llegar.
Por último no voy a terminar sin mencionar que nunca un estudio científico
me había abierto a tanto lugar común para distintas creencias. Ya que se abren
muchas más ventanas. A mi, saber esto, me hace mucho más responsable sobre lo que voy
a dejar de herencia ahora que sé que además de lo material dejaré miedo o amor.
También me lleva a conectar con la idea de que si Adán y Eva verdaderamente
existieron, como su memoria vive en nosotros pues todos seríamos iguales de algún modo. Y si Adán y Eva nunca
existieron pues el estudio indicaría que cada familia hemos traído una herencia particular y un
trabajito personal ¿y no es esto a lo que llamamos karma? Y por último, si la memoria se hereda, eso querría decir
que mi ADN alberga una memoria infinita, es decir, todo aquel conocimiento
almacenado a lo largo de todas las vidas de mis antepasados, luego sería cierta
la máxima de que “todo está dentro de ti”.
Interesante estudio. Muy Interesante.
Y mientras sacáis vuestras propias conclusiones y os formuláis vuestras
propias preguntas os dejo con el estudio que ha sido publicado en la Revista
NATURE NEUROSCIENCE (http://www.nature.com/neuro/journal/v17/n1/full/nn.3594.html)
AUTORA: Itziar
Azkona
Terapeuta, Coach Transpersonal y Emprendedora.
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